Pedro Sánchez es que algunos barones regionales -como el propio Tomás Gómez, Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha o Ximo Puig en la Comunidad Valenciana- opten por pactar con Podemos
REDACCION | Sábado 14 de febrero de 2015
Según publica este sábado el digital El Confidencial, en la abrupta destitución de Tomás Gómez y de toda su ejecutiva hay algo más. Es verdad que han influido las negras expectativas electorales del PSOE en las municipales y autonómicas de mayo. También el horizonte judicial que pudiera derivarse de las investigaciones abiertas sobre la construcción del célebre tranvía de Parla. Y, por supuesto, un golpe de autoridad de Pedro Sánchez para construirse un perfil propio al margen de la sombra que le proyecta Susana Díaz. El primero no sabía que la presidenta andaluza iba a convocar elecciones anticipadas y la segunda se enteró por la prensa, según reconoció, del ajuste de cuentas en el PSM.
Continúa El Confidencial diciendo que existe, sobre todo, una dura confrontación sobre la política de alianzas del PSOE. Lo que teme Pedro Sánchez es que algunos barones regionales -como el propio Tomás Gómez, Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha o Ximo Puig en la Comunidad Valenciana- opten por pactar con Podemos, si fuera posible, para alcanzar los gobiernos regionales o locales. Eso sería lo mismo, sostienen desde la dirección socialista, que dinamitar la estrategia electoral del secretario general del PSOE.
Sánchez -con el respaldo de algunos poderes fácticos dentro de su partido con ascendencia sobre algunos medios de comunicación- pretende presentarse a las elecciones generales en un posición equidistante -o al menos suficientemente alejada- entre el PP y Podemos. Por lo tanto, una especie de socialdemocracia "clásica" que en caso de apuros estaría en condiciones de dar estabilidad al nuevo Gobierno en cuestiones de Estado.
Pero en algunos territorios -como Madrid, Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana- es posible aunque tal vez poco probable que el PP pierda la mayoría absoluta, lo que obligaría a pactar gobiernos de coalición o la firma de pactos puntuales para poder gobernar. Eso quiere decir, expone El Confidencial, que apoyarse en Podemos para poder gobernar en esos territorios sería lo mismo que hacer saltar por los aires la idea de que todavía es posible que el PSOE sea el partido hegemónico en la izquierda. Es el temor de Pedro Sánchez.
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