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La ‘número tres’ de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid fue expulsada del PSOE

Según publica El País

La número tres de la lista que va a presentar Ciudadanos a la Comunidad de Madrid, Eva María Borox, fue expulsada del PSOE en 2007, tras ser acusada de haber afiliado a amigos y familiares del PP en la agrupación de Valdemoro.

Viernes 03 de abril de 2015
Según informa El Pais, el entonces secretario regional del Partido Socialista de Madrid (PSM), Rafael Simancas, ordenó que se disolviera la agrupación y que se encargara una gestora de la dirección del partido local. Borox mantiene, por su parte, que nadie la echó, sino que ella decidió no solicitar de nuevo su alta en la formación cuando se deshizo la agrupación socialista en Valdemoro.

La historia de Eva María Borox ocurrió en junio 2005, cuando ella se hizo cargo de la portavocía del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Valdemoro. En aquel entonces, controlaba la agrupación el anterior alcalde, Antonio Serrano. En esa época, un grupo de militantes empezó a cribar el censo de afiliados y comprobó que parte de los nuevos militantes habían estado en el PP, cuyo secretario general era Francisco Granados, o estaban relacionados con el constructor David Marjaliza. Ambos están en prisión como los supuestos máximos responsables de la llamada Operación Púnica, una supuesta red de corrupción en municipios de la Comunidad de Madrid.

La situación de la agrupación en aquellos momentos era muy llamativa: cada mes se afiliaban hasta 50 personas. No había una explicación lógica, teniendo en cuenta que la cifra de militantes rondó históricamente, con altibajos, los 150 afiliados. Ni siquiera el llamado efecto Zapatero, con la victoria del entonces presidente del Gobierno, lograba explicar esta suma masiva de apoyos.

Un grupo de afiliados decidió investigar entonces qué estaba pasando. Buscó en listas electorales del PP de comicios pasados y cruzó los datos con los de las nuevas afiliaciones. Hallaron, según reconocen fuentes socialistas, que de los más de 300 militantes que había en la agrupación cerca de la mitad podían estar vinculados directa o indirectamente con Granados o con Marjaliza.

La decisión tomada por Rafael Simancas fue entonces cortar por lo sano. Su secretario de Organización, Andrés Rojo, notificó a los responsables de la agrupación que esta se deshacía con carácter inmediato y que entraba a dirigir la nueva gestora cuatro miembros del PSM y otros tantos de Valdemoro, con la presidencia del propio Rojo.

Eva María Borox mantiene en todo momento que ella estuvo al margen de todo ese proceso y que en ningún momento tenía acceso al censo de afiliados de la agrupación. “La situación era tal que cada vez que hacíamos una propuesta o teníamos que votar algo en el pueblo teníamos que mandar toda la documentación al PSM para que nos dijera cómo teníamos que actuar o votar incluso en los plenos”, recuerda la número tres de Ciudadanos.

Borox afirma que fue ella quien denunció al PSM el incendio de un coche de Francisco Granados, que estaba a nombre de un constructor local, la adjudicación de viviendas de protección oficial a familiares de concejales del PP y una modificación urbanística en El Espartal que permitía construir más de 4.000 viviendas. “Nunca me hicieron caso. Simancas mantenía silencio sobre Valdemoro, y Granados hacía lo mismo respecto a Parla, cuando era el alcalde Tomás Gómez [posteriormente sucesor de Simancas]”, critica Borox.

Desde su caída, Borox intentó demostrar su inocencia. Para ello acudió a Ferraz y al PSM pero de poco le sirvió, según su versión. Fuentes socialistas discrepan: “Presentamos un dossier muy elaborado y trabajado en el que se demostraba que había una fortísima vinculación entre el PSOE y el PP en Valdemoro”.

Borox, al igual que toda la agrupación, fueron suspendidos de militancia del PSOE tras disolver la agrupación. “No me echaron, lo que pasa es que yo no pedí el volver al partido porque no me interesaba después de cómo me habían tratado”, argumenta. Fuentes socialistas lo niegan. La asesoría jurídica de Ferraz había preparado un informe por el que se prohibía taxativamente que pudiera volver. Se basaron en los estatutos del partido para inhabilitarla “de por vida”, en el caso de que quisiera volver a las filas socialistas. Borox ya no podía formar nunca más parte del PSOE. Se acabó su trayectoria en este partido.


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