Ya tenemos encima las elecciones. Éstas son de las fáciles. Tenemos simplemente que votar respecto a lo más cercano, lo que vemos día a día.
Viernes 22 de mayo de 2015
No se trata de arreglar la economía nacional o la europea, subir o no la edad de jubilación, prolongar o no la prestación de desempleo, subir los impuestos directos o los indirectos o bajarlos todos, etc. Se trata simplemente de votar la gestión de nuestra ciudad, de nuestros espacios de aparcamiento, decir si estamos contentos o no con las actividades que nuestros ayuntamientos promocionan, si asfaltan mi calle o no, si dedican el dinero a temas que aprovecho o que considero inútiles. Si estamos contentos, sígales votando. Si no lo estamos, voten a otros.
Hace poco tuvieron elecciones en el Reino Unido. Lo que en las encuestas era un empate entre Conservadores y Laboristas y un ascenso sustancial de Ukip (partido que muchos califican de xenófobo), se transformó en una mayoría absoluta de los conservadores, un descenso de los laboristas, y un solo parlamentario para Ukip. La lectura que hay que hacer es que un tema son las simpatías que uno tiene a unos u otros, y otro tema es a quien hay que votar de verdad, cuando llega el día de las elecciones. Ese día uno se guarda las simpatías, y vota a quien cree que mejor vida le va a dar, o al menos, a quien en menos problemas le va a meter. No hay más.
Al día siguiente de las elecciones británicas, el líder laborista y el de los Lib-Dem dimitieron. El de Ukip también dimitió. Son diferentes maneras de hacer. Aquí, para que alguien dimita tiene que arder Troya antes. No en vano, la política es una carrera, y si alguien dimite, se queda sin trabajo y sin sueldo para llevar a casa.
En Grecia también andan las encuestas calientes. Syriza, el partido que prometió romper lazos con la Unión Europea, refinanciar / impagar la deuda, y cambiar todo lo malo a bueno, está plegando velas. Y es que del dicho al hecho, hay mucho trecho. Una cosa es predicar, y otra dar ejemplo. Es fácil prometer el oro y el moro, pero a la hora de la verdad, la vida es más complicada que un blanco o negro. Syriza está cayendo en las encuestas, y cada vez tiene menos apoyos entre los ciudadanos.
Pues eso, estas elecciones son de las fáciles. Las difíciles vendrán en noviembre. Pero eso, es otra historia…
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