El sindicato Acaip llega a a afirmar que "laa vida regimental" de la prisión "gira en torno" a la tonadillera
Jueves 18 de junio de 2015
El sindicato Acaip señala en su comunicado que "La dirección ha enlazado, una tras otra, órdenes internas y solicitudes de escritos anómalos, que no vienen sino a mermar el ejercicio de las funciones públicas al persistir en el menosprecio a la autoridad que nos corresponde como funcionarios. Por todo ello, haciendo que la vida regimental, gire en torno a la mencionada interna por encima del normal desarrollo de las tareas encomendadas por la normativa penitenciaria, la plantilla nos expresa mayoritariamente el desamparo laboral que vienen sufriendo ante las medidas impuestas por la dirección".
El 1 de junio pasado, el mismo día en que accedió a su primer permiso penitenciario, Isabel Pantoja aún desayunó en la prisión de Alcalá de Guadaíra. Pero no lo hizo como las otras internas, sino dentro del economato, en un lugar vedado a las presas. Tampoco lo hizo sola, sino acompañada nada menos que de la directora y el subdirector del centro, de quienes se despidió con dos besos, según testigos presenciales.
Lo cuentan funcionarios de la cárcel, que se sienten cohibidos y presionados por la Dirección cada vez que intentan obligar a la tonadillera a cumplir las normas que rigen para el resto de reclusas.
Según informa el diario El Mundo, una mayoría de los 15 encargados de módulo de la prisión, según fuentes contrastadas del propio centro, ha solicitado a la Dirección el traslado de la delincuente a otra prisión: "Tememos que pueda pasar algo, las otras presas ven el trato de favor y al principio la adoraban, pero ya hay un mal rollo considerable. Esto es una cárcel, hay agresiones, hace año y medio le dieron una paliza a la jefa de servicio. Estamos jugando con fuego".
La tensión es tal que la reunión semanal de la directora con estos encargados ya no se celebra. Los trabajadores se ven coaccionados por la tonadillera, que a la mínima, sin razón incluso, se queja a la Dirección.
A Pantoja, por ejemplo, ya no se le permite salir a coser con el resto de internas en previsión de posibles roces, "aunque en realidad ella no cose, se lo hacen otras presas", dice una fuente de la propia penitenciaría. Coser, al igual que otras actividades, le ha facilitado a la folclórica la obtención del permiso por buen comportamiento. Pantoja, según estas fuentes, no da puntada sin hilo en la cárcel. La lista referida por estas fuentes de tratos de favor hacia Isabel Pantoja es larga. Por ejemplo, el pasado 5 de junio, el día de su regreso a prisión, la tonadillera volvió con tres bultos, cuando sólo podría ingresar con uno. Según las reglas de la cárcel, cada interno tiene que entrar en el recinto con el mismo número de paquetes con los que salió.
En lugar de llegar por Ingresos, donde se halla el SIA (Sistema de Identificación Automática), lo hizo por Comunicaciones, "de forma absolutamente irregular, única interna que hace eso", insisten. Allí -donde la directora recibe a su hijo, Kiko Rivera, con dos besos cada vez que viene a visitar a su madre, explican- dejó dos de las bolsas en manos de dos internas de confianza, que se las llevaron a Ingresos, y otra bolsa fue entregada al propio subdirector de Seguridad, todo ello contraviniendo las normas.
Igualmente, el cacheo preceptivo se le realiza ya en su propia celda en vez de a su entrada en la cárcel, "de forma totalmente anómala". En el módulo A, donde cumple condena, todas las celdas son dobles, excepto la suya, con una única ocupante.
ALTERCADO
Ya en la celda, la funcionaria registró las dos bolsas del principio de la peripecia. Pantoja se revuelve, se queja de que la han "humillado" al ponerle los zapatos "encima de la ropa para manchármela". Pantoja, que cita a la Dirección verbalmente cada vez que quiere y no por escrito, como el resto de las reclusas, consigue que el subdirector interrogue a las funcionarias y se niega a recoger sus cosas hasta que la directora compruebe lo que le parece un atropello.
Según fuentes del presidio, conformado por unas 180 reclusas y medio centenar de funcionarios, al menos una interna se ha ganado un parte (que puede dejarle sin permiso de salida) por llamar a la cara a Pantoja "privilegiada".
Explican también estas fuentes que varios de los funcionarios que la tratan han puesto puntos negativos a la interna (malas notas en el módulo de respeto, de normas menos rígidas), pero ninguno se ha atrevido a ponerle un parte por temor a represalias. Las quejas, pues, vienen a confirmar lo denunciado por el sindicato Acaip a la entrada de Pantoja en prisión, el pasado noviembre .
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