Foto: Flickr/Emiliano García-Page
El futuro presidente de Castilla-La Mancha, gracias al pacto de PSOE-Podemos, abre el debate de investidura con su carta de presentación
Martes 30 de junio de 2015
Toda Castilla-La Mancha esperaba con impaciencia el inicio del debate de investidura, con la intervención del que será su presidente, Emiliano García-Page, para conocer su declaración de intenciones de cara a los próximos cuatro años. Una vez finalizada, como muchos se temían, se ha demostrado que ha tirado de las recetas tradicionales del socialismo, esas que inflan los gastos de las instituciones sin reparar en que luego debe corresponderse con los ingresos. Esas que dejan contentos a todos los oídos pero a ningún bolsillo.
Empezó García-Page hablando de que “Castilla-La Mancha votó un cambio”, sin reparar en que su formación no ganó las elecciones, para continuar hablando del pacto con Podemos.
Después habló de la situación financiera de Castilla-La Mancha y de hacerle una “radiografía”, de una reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha que "blinde" la sanidad y la educación públicas, entre otras medidas, como la contratación de mil nuevos profesionales sanitarios o la reducción de las listas de espera hospitalarias, así como la apertura de escuelas rurales, de urgencias rurales, construcción de hospitales, etc.
"Me comprometo a tramitar el primer año de Gobierno todos los expedientes de Dependencia que están en el cajón", anunciaba el candidato del PSOE, añadiendo que "promoveremos también una nueva ley de acceso a la función pública para los trabajadores con discapacidad". O lo que es lo mismo, que las personas con discapacidad trabajen para la Junta.
Destacaban también las palabras de Page a los agentes sociales, sindicatos y empresarios, a los que parecía decir a cada uno lo que quería escuchar. Mientras hablaba de ponerles en contacto para un “pacto por la recuperación económica”, decía que a los empresarios hay que cuidarlos más que nunca, anunciando que se crearán 60.000 puestos de trabajo en dos años.
Siguió prometiendo García Page en cuestiones de agua, de fracking e incluso habló de que el ATC no se construya en Villar de Cañas. También dijo que llevará el AVE hasta Talavera de la Reina, que RTVCLM será inmaculada, que hará que no cierre Elcogas, contrataciones para jóvenes… Todo esto, más los 500 millones que le pidió Podemos para su plan si quería su apoyo.
Ahora, una vez terminadas las investiduras y comience a gobernar, Emiliano García-Page se encontrará con el mayor de los problemas. ¿Cómo va a pagar todo eso?
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