GUADALAJARA

Presentada en Pastrana la que dicen es la mejor biografía de la princesa de Eboli escrita hasta la fecha

Sus autores, Helen H. Reed y Trevor J. Dadson, dos hispanistas, ella estadounidense y él británico, hablaron sobre la vida Ana de Mendoza y de la Cerda

REDACCION | Lunes 06 de julio de 2015
En la tarde del sábado fue presentado en Pastrana el libro 'La princesa de Eboli, cautiva del rey. Vida de Ana de Mendoza y de la Cerda (1540-1592)', que apenas unos días después de su publicación, ya es reconocido por muchas voces autorizadas, como la del historiador Ricardo García Cárcel, como la mejor biografía escrita hasta la fecha sobre la princesa de Eboli.

El libro lo publican, de forma conjunta, la Editorial Marcial Pons y el Centro de Estudios Europa Hispánica, dentro de la colección Los Hombres del Rey, de la que “ya es una de sus joyas”, afirmó ayer Carlos Pascual, presidente de Marcial Pons.

Correspondió al alcalde de Pastrana, Ignacio Ranera, introducir al público, que acudió en buen número al salón de actos –antiguas caballerizas- de Palacio Ducal, a los autores. “Me consta que están ilusionados con que la primera presentación de la biografía de la princesa de Eboli se haga precisamente aquí, en Pastrana, y en este lugar en el que murió, recluida”, dijo. El regidor dio además las gracias “a vosotros, Helen y Trevor, pero también a todos los historiadores que se interesan por la villa ducal y ayudan a descubrir nuestra propia historia”. Sobre el libro, Ranera anunció que “retrata a la princesa de Éboli como persona, lejos del mito”, y aseguró que su publicación y divulgación “va a significar un antes y un después en la visión de este personaje histórico, que los pastraneros vemos, junto a su esposo, Ruy Gómez de Silva, como mecenas y promotores de la villa ducal de Pastrana y figuras que aún hoy nos llenan de riqueza cultural y posibilidades económicas”. Por último, Ranera agradeció al editor su apuesta por la publicación del libro, “cuya compra promocionaremos en nuestro ámbito”.

Como editor, Carlos Pascual destacó que “la gran sensibilidad cultural y unión a sus raíces de los pastraneros, que percibo apoyadas desde la institución del Ayuntamiento”. Además, matizó que, antes de escribir el libro, sus autores se sumergieron a conciencia en la correspondencia de Ana de Mendoza y de la Cerda. “Nos hallamos por tanto ante aseveraciones históricas incuestionables”, dijo sobre el texto.

Si hay una mujer del siglo XVI español a la que todo el mundo cree conocer y que desata pasiones, leyendas y mitos, esa es Ana de Mendoza y de la Cerca, princesa de Eboli. En esta nueva biografía, Helen H. Reed y Trevor J. Dadson presentan el retrato de Ana de Mendoza (1540-1592) más real y objetivo publicado hasta la fecha, de una mujer noble arraigada en su época, preocupada por sus hijos, por su marido, por su hacienda, por su honra, por su lugar en el mundo, por las injusticias que tuvo que sufrir, y por su alma. Para configurar este retrato revisionista de la princesa, los autores han recurrido a mucha documentación no utilizada antes, descubriendo nuevos datos sobre su niñez, educación, vida cotidiana, religiosidad y relaciones más íntimas, y ofreciendo nuevas perspectivas sobre su papel como cortesana, monja, administradora de sus estados, pleitista y, finalmente, prisionera en su propio palacio en Pastrana.

Los dos hispanistas, una estadounidense y el otro británico, firman un libro de historia que han escrito a dúo, ayudados por las nuevas tecnologías. Helen H. Reed es catedrática emérita de la State University de Nueva York en Oneonta, donde enseñaba, entre otras materias, literatura del Siglo de Oro y Cultura e Historia de España. En un perfecto castellano gramatical, Reed dio las gracias, en primer lugar, a los editores “por haber producido un libro impecable”, y también al Ayuntamiento “por las facilidades que nos ha dado para estudiar el Archivo, principalmente las actas del Consejo del siglo XVI, que han aportado datos fundamentales para nuestro libro”. La docente norteamericana confirmó que el libro se basa en muchos documentos inéditos. “Somos entusiastas de los archivos”, aseguró. En el siglo XVI los contables de nobles redactaban sus cuentas con gran detalle. De ellas han extraído mucha información, que luego han detallado en un libro que es “muy fácil de leer, según nos confirman los lectores, aspecto este fundamental en los textos históricos”, afirmó Dadson.

De ese estudio archivístico salen detalles como que “a la princesa le gustaban los chapines con cintas colgantes, que estaban de moda en su época, o que tocaba el clavicordio, porque se compró uno”, contó Reed.

La catedrática expuso un ejemplo sobre cómo el análisis de toda esa documentación “nos ha permitido acercarnos a ella como persona, a una noble española del siglo XVI con una vida completamente distinta a la nuestra”, contando un ejemplo que captó por entero la atención del público. El primogénito del matrimonio entre Ana y Ruy había nacido en Simancas (Valladolid). El duque pasó cinco largos años entre Inglaterra, Flandes y Francia, asistiendo al rey Felilpe II en asuntos de estado, como su primer matrimonio con María Tudor, en la negociación de la paz con Francia y en sus segundas nupcias con Isabel de Valois. “En una fugaz visita de Ruy Gómez en aquel periodo, la princesa quedó embarazada de su primer hijo. Años después se anunció el regreso de Ruy a España. Ella se preparó con ansiedad y alegría para la venida de su marido. Le compró siete camisas nuevas, una nueva cama, y le dio doscientos reales al correo que le anunció su llegada a Burgos y seiscientos al que hizo lo propio cuando llegó a Fuenterrabía. Empezaron entonces a vivir como un matrimonio y compraron dos casas, muebles y otros enseres. Todo era felicidad”, recordaba la profesora.

En diciembre, su primogénito cayó de los brazos de una asistenta. “Al igual que las compras de la alegría, quedaron también registradas las de las medicinas para el niño, y en febrero de 1560, la compra del luto. Y es de esas cuentas y de la carta de un noble, don Alonso de la Cueva a Ruy Gómez, desde Túnez, un año después del suceso de las que inferimos la alegría del reencuentro con su marido a la pérdida de su primogénito. Por eso les digo que hay momentos de su vida en los que la entendemos bien y, particularmente, tengo la impresión de conocerla mucho mejor que antes”, terminó Reed.

Trevor J. Dadson es catedrático de Estudios Hispánicos de la Queen Mary University de Londres y autor de numerosos libros y artículos sobre literatura, crítica textual e historia sociocultural del Siglo de Oro, y según Esther Alegre, profesora pastranera que también acudió a la presentación, probablemente “el más notable hispanista inglés de la actualidad”. Dadson recordó que Reed y él se conocieron en Pastrana, en unos cursos que organizó Manuel Criado del Val en el Monasterio de San Pedro. “Desde entonces empezamos a compartir trabajos y ya no perdimos el contacto. Hace ya unos años, le sugerí la idea de trabajar juntos, compartir nuestros descubrimientos archivísticos y publicar un epistolario, libro que publicamos en 2013. Y al contrario de lo que pensábamos en un principio: esa sería la culminación de nuestro trabajo, nos dimos cuenta que en realidad estábamos ante el esqueleto de una biografía”, contó el británico.

Dadson, excelente y ocurrente orador, e igualmente en un perfecto castellano, resumió el proceso de escritura de la biografía entre el Reino Unido y los Estados Unidos, pero con los fondos documentales en España. “Como se pueden imaginar, la logística fue difícil, se pudo hacer gracias a la tecnología”.

El británico matizó que, pese a todo, no se trata de una biografía con dos voces. “Helen tenía mucho escrito sobre la princesa en inglés, yo añadí mis aportaciones y mi traducción, en un ir y venir continuo de emails entre Nueva York y Birmingham. Fue un proceso no exento de debate histórico del que hemos disfrutado ambos. Creo que, pese a no ser un trabajo definitivo, porque ningún trabajo histórico lo es, ahora estamos mucho más cerca de la persona que del mito. No hemos inventado nada, no hay leyendas, pero es que en el caso de la princesa, no hace falta”, zanjó.

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