OPINIÓN

La "reforma" de la Constitución...en 2020 todos calvos

La Columna de Economía de Arturo García

REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
Snif, snif. Leí con emoción que Zapatero y Rajoy se comprometían a cambiar la Constitución para limitar el déficit. No es que sea la panacea a los males porque cualquiera sabe que cualquier ley, incluso la Constitución, hay que interpretarla, desarrollarla, y eventualmente hasta se puede modificar, pero al menos es un paso en la dirección correcta. A continuación, mientras aumentaba mi emoción, leí que la intención era aprobar esta reforma en lo que queda de legislatura. Ya al borde del éxtasis, se explicaba que esta reforma vincularía a todas las administraciones publicas. Sin embargo, todo se ha venido abajo cuando contemplo el borrador del texto del artículo nuevo de la Constitución. Por si alguien tiene alguna duda de su utilidad, y comenzando por el final, se dice que la estabilidad presupuestaria se aplicará a partir del año 2020. Esto parece una broma, pero me temo que no lo es. Así pues, su eficacia para la situación actual es nula de todo punto. SIGUE

Entrando en la redacción, no se dice que se deba respetar el equilibrio presupuestario, sino que no se podrán rebasar los límites fijados por la Unión Europea o la normativa que desarrolle este tema. Además, se deja expresamente la puerta abierta a, precisamente, repetir la situación actual: el equilibrio presupuestario se puede franquear en situación de recesión económica, entre otras.

Que nuestro querido presidente del Gobierno quiera pasar a la posteridad por haber introducido algo que llama “estabilidad presupuestaria” nada menos que en la Constitución, es una más dentro de su programa de marketing político. Es posible que muchos ya no se acuerden de sus críticas a la estabilidad presupuestaria de Aznar. Que Rajoy le baile el agua diciendo que está a favor y muy satisfecho del texto acordado, me llena de estupor y espanto. Su utilidad, si es que alguna vez la alcanza, será dentro de 9 años.

Las otras izquierdas (Llamazares, etc.) están en contra de la estabilidad presupuestaria. No entiendo el afán de la izquierda en defender el desequilibrio. Al final, acaba perjudicando a todos. Y si no, que se lo pregunten a los farmacéuticos de Castilla La Mancha, por ejemplo.

Por otro lado, escucho que desde Cataluña se pide la creación de los hispabonos, al igual que en la Unión Europea se pide los Eurobonos desde los países en dificultades. Tienen guasa estos catalanes. Más o menos la misma que los griegos pidiendo que Alemania les pague las deudas. Evidentemente, los alemanes se están resistiendo. No sé yo si nuestro futuro presidente del Gobierno se resistirá en caso de que necesite los votos de los catalanes en las próximas elecciones. Creo yo que en este caso, no tendrá ningún pudor en hacer que el resto de españoles pague a los catalanes su deuda pública, mientras estos se dedican a gastar abriendo embajadas ficticias en el resto del mundo para promocionar su “Catalonya is not Spain”. Sin acritud, que es una batalla que tengo perdida, y lo mejor es no hacerse mala sangre.

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