Revista de Prensa
Rubalcaba se hunde y el abismo entre PP y PSOE aumenta hasta los 14,8 puntos de ventaja para Rajoy.
REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
El efecto Rubalcaba se deshace como un azucarillo en un café. El candidato socialista sufre un descalabro en los sondeos y su distancia con el PP de Rajoy asciende hasta los 14,8 puntos de ventaja para el segundo. Sin duda, tal y como recuerda El Mundo, el tormentoso verano económico ha acabado por diezmar a los ya escasos apoyos de los socialistas. Esto permitirá a los populares superar con comodidad los 183 escaños de Aznar. Otro record, esta vez por debajo, lo marcaría Rubalcaba, que caería por debajo de los 125 diputados de Joaquín Almunia en el año 2000, obteniendo tan sólo el 32,3% de los sufragios. El sondeo, realizado entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre -en pleno debate de la reforma constitucional, aprobada definitivamente el viernes- no hace más que profundizar en la senda abierta por el propio Zapatero con las reformas del año 2010, momento en el cual anunció su primer tijeretazo. Entonces, la diferencia con el PP era de 10,5 puntos. SIGUE
Otro punto importante sería el anuncio en abril de que Zapatero no repetiría como candidato socialista. Entonces, se volvió a reducir la diferencia gracias al ánimo renovado de los votantes socialistas, expectantes ante la decisión que aguardaba al partido. Finalmente, no fue Carme Chacón –la favorita de los votantes de El Mundo-, no José Bono, sino Alfredo Pérez Rubalcaba el elegido. Tras las autonómica y municipales, ya se vio sin embargo que el candidato no iba a tener el fuelle necesario para superar el enorme bache. Sin duda jugar con las cartas marcadas con un dedazo disfrazado de primarias ha costado caro al PSOE. El impacto Rubalcaba, recogido por el CIS en julio, anticipó una importante subida que reduciría la distancia con el PP a solo 7 puntos. No se ha producido. Desde los últimos comicios, el PP ha logrado recuperar 7,8 puntos, pese a que Mariano Rajoy sigue sin ser un líder carismático. Su imagen de eficacia, sin embargo, ha logrado prevalecer pese a los continuos ataques de los socialistas, dedicados en cuerpo y alma a crear la impresión de que se trata de un líder vago. Todo está servido, pues, para la batalla electoral. Rajoy no cerrará al cien por cien su programa hasta finales de septiembre. Todos los expertos anticipan que, incluso en el peor de los escenarios para el PP, una ventaja superior a 8 puntos es irreversible. Solo falta a esperar a la madre de todas las encuestas, la del 20-N.
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