Viernes 16 de octubre de 2015
El vestuario del Real Madrid es muy propenso a poner apodos o motes a los que son nuevos en la casa blanca.
Según SportYou, el técnico blanco es muy detallista con su trabajo y trata de corregir el más mínimo detalle. Rafa Benítez es un hombre trabajador, extremadamente obsesivo con los detalles hasta el punto de rozar en la paranoia laboral. Está tan metido en su trabajo y empecinado en que los futbolistas devoren y digieran los detalles de su juego que ha derivado en una especie de juego.
Los futbolistas están jugando al escondite en Valdebebas y el objetivo es esquivar al entrenador porque como le pille por banda le pone el pijama. Da igual que se cruce con un jugador en el comedor, en el gimnasio o en la sala de masaje. Cualquier momento es bueno para recordarle al jugador en cuestión aquello que debe hacer en el siguiente partido. Una marca, una colocación, un posicionamiento, una jugada de estrategia… Todo bulle en la mente de Benítez y aprovecha cualquier encuentro para desarrollarlo. No tiene suficiente con todo lo que manda en el campo, sino que siempre quiere más.
Eso habla muy bien de Rafa Benítez. Persigue al jugador casi hasta la habitación, pero tal atosigamiento puede volverse en su contra. Hoy, la mayoría de los jugadores del Madrid se toman esta situación como algo anecdótico, aunque algunos, en minoría, piensan que esa postura será inaguantable hasta el final de temporada, sobre todo cuando lleguen los encuentros con más tensión.
Esta forma de hacer las cosas del entrenador blanco ha tenido como consecuencia que el vestuario le haya puesto el mote de "el pesao".
Según informa SportYou, esta tenacidad ya le ha costado algún que otro roce con Cristiano Ronaldo o con Jesé, por ejemplo. Y precisamente Benítez no es de los que tenga buena mano izquierda cuando las cosas se cruzan con el vestuario. En poco más de tres meses ya ha tenido algún que otro rifirrafe dialéctico, por otros motivos, con Sergio Ramos o con Karim Benzema
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