Revista de Prensa
El 80% de los expertos consultados por elEconomista creen que bajarán los tipos antes de fin de año.
Miércoles 22 de octubre de 2014
Pedro Calvo.- Tras envalentonarse en la primera mitad de 2011 y encarecer el precio del dinero en dos ocasiones este año, el Banco Central Europeo ha dado muestras esta semana de que podría retroceder sobre sus propios pasos. Es más, el 80% de los expertos consultados por elEconomista considera que habrá un recorte de los intereses antes de fin de año. El 6 de octubre será una fecha histórica en la aún joven trayectoria del Banco Central Europeo (BCE). Ese día tendrá lugar la última reunión de política monetaria que estará presidida por Jean-Claude Trichet, puesto que su mandato de ocho años no prorrogables al frente de la institución expirará a finales de mes. Seguramente, le hubiera gustado ceder los trastos a su sucesor, Mario Draghi, sin estridencias, con la mayor normalidad. Pero la crisis no se lo va a permitir. Porque la acumulación de dificultades, con los problemas de la deuda soberana, el miedo a una recaída en la recesión y la repentina y polémica dimisión del economista jefe de la entidad, Jürgen Stark, ha deparado un inesperado giro en la estrategia del BCE. Hasta tal punto, que el mercado lo tiene claro: o bien Trichet se despide con un recorte de los tipos... o bien su sustituto se estrena en noviembre con un abaratamiento del precio del dinero. Porque, en opinión del 80 por ciento de los expertos consultados por elEconomista, los intereses bajarán antes de fin de año.
SIGUE
Estos pronósticos, que se encuentran en línea con las expectativas del mercado, representan una ruptura con respecto a lo que venía siendo la estrategia del BCE en 2011. No en vano, la entidad europea, amparada en la existencia de unas expectativas alcistas sobre la inflación, había subido los tipos de interés en dos ocasiones este año. Primero en abril, cuando los condujo del 1 al 1,25 por ciento, y luego en julio, cuando los incrementó hasta el 1,5 por ciento vigente. Es más, en la reunión de hace dos meses había manifestado su intención de seguir elevando el precio del dinero y el mercado, hasta ese momento, había descontado un nuevo repunte de los intereses para septiembre u octubre.
La realidad manda
Sin embargo, la realidad ha truncado los planes del BCE y, al mismo tiempo, ha reforzado la impresión de que, al igual que ocurrió en 2008, la entidad se precipitó con los aumentos de los intereses emprendidos en abril y julio de este año. Ahora, como hace tres años, ha llegado el momento de recular, y en su reunión de esta semana la institución ha comenzado a dar su brazo a torcer.
Ha reconocido que se han "intensificado" los riesgos sobre el crecimiento económico y ha aparcado el mensaje de que la inflación está sometida a "riesgos alcistas"; ahora cree que los precios están en una situación "equilibrada". Adicionalmente, admitió que las condiciones de financiación se han "endurecido" en algunos segmentos.
Con un crecimiento amenazado, una inflación que no asusta y renovadas tensiones en el sector bancario, lo que está claro es que el BCE ha dado carpetazo a las subidas de los tipos. Más aún, a juicio de la mayoría de los expertos ha comenzado el viaje hacia un abaratamiento del precio del dinero. La cuestión es cuándo podría hacerse efectiva esa posibilidad. Y la opinión mayoritaria es clara: de manera inmediata; esto es, en octubre -en ese caso, Trichet diría adiós con una rebaja de los tipos- o en noviembre -con lo que Draghi se estrenaría con una reducción-.
"El deterioro de los problemas de financiación va muy rápido y el BCE ha entendido que estos problemas se acabarán trasladando a la economía real. Hay mucha tensión en el mercado y los bancos tienen problemas crecientes. En este contexto, podría bajar los tipos en octubre", pronostica José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. "El consenso apuesta claramente por una bajada de tipos en noviembre de manera mayoritaria. Más del 92 por ciento del mercado espera bajas de tipos en un par de meses", señala Juan Ramón Caridad, director general de Swiss & Global España. Y agrega: "Los últimos datos de la economía alemana, que reflejan una cierta ralentización, y la moderación de los últimos datos de inflación justifican la opinión del consenso y nos permiten apuntar a una bajada de tipos de interés de un cuarto de punto de aquí a final de año".
Pablo Guijarro, consultor de AFI, también cree factible que el BCE rebaje los intereses antes de que termine 2011. "Podría hacerlo. Esperar a que se materialicen los problemas restaría efectividad a la medida, por mucho que ésta se encuentre en entredicho ya que los mecanismos de transmisión de la política monetaria siguen sin funcionar por completo". Para Lloyd Burton, economista del Ernst& Young Eurozone Forecast, la clave residirá en el riesgo de recaer en la recesión. "Hay un alto riesgo de que la eurozona pueda volver a la recesión. Si eso ocurre, el BCE debería considerar una rebaja de los tipos por debajo del 1 por ciento", advierte. Coincide Miguel Paz, de Unicorp, en subrayar la influencia del empeoramiento de la situación económica. "Los datos de Europa han variado respecto a la reunión de agosto y el BCE está muy presionado. Además, los futuros descuentan una bajada de un cuarto de punto en los próximos tres meses y otro cuarto adicional en seis meses", precisa.
De confirmarse estas previsiones, prolongarían la secuencia bajista que viene protagonizando el euribor a 12 meses, la referencia para la mayoría de las hipotecas a tipo variable en España, en las últimas semanas. El viernes descendió hasta el 2,059 por ciento, el nivel más bajo desde abril.
Otras alternativas
Sin embargo, rebajar los tipos no es la única alternativa que tiene a su alcance la institución. Es más, según José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi, el BCE no bajará los tipos salvo en caso de extrema necesidad y optará por reforzar sus medidas especiales de liquidez bancaria. "No creo que reduzca los tipos. Es cierto que el deterioro del escenario en los dos últimos meses ha sido evidente tanto en la vertiente macroeconómica como en los mercados. Pero es mejor combatirlo con inyecciones de liquidez desde el BCE y actuaciones políticas", señala. A su juicio, "recortar los tipos no ayudaría nada en una crisis de confianza. Sería mejor eliminar incertidumbres, algo que no le corresponde al BCE" y sólo "si finalmente estas incertidumbres no se eliminan y la desconfianza se traduce en una crisis de crédito podría tener sentido recortar los tipos, pero no es el escenario más probable".
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