Jueves 12 de noviembre de 2015
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dado la razón a la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ante el recurso que presentó contra la denegación de autorización por parte de la Delegación del Gobierno de la manifestación de guardias civiles convocada para el próximo sábado 14 de noviembre.
Por tanto, finalmente podrá celebrarse en Madrid la gran #MareadeTricornios que AUGC viene anunciando desde hace semanas para reclamar los derechos sociolaborales de los que actualmente carecen los guardias civiles, lo que hace de estos trabajadores ciudadanos de segunda.
La falta de unos turnos de trabajo que permitan la conciliación familiar y laboral de los agentes, la remilitarización del Cuerpo, el hecho de ser los policías peor pagados de España y la ausencia de derechos laborales básicos, como el de tener sindicatos son algunas de las razones por las que los guardias civiles expondrán este sábado ante la sociedad española su hartazgo e indignación.
A la manifestación acudirán miles de guardias civiles procedentes de todas las comunidades autónomas. Para ello, las delegaciones provinciales de AUGC llevan trabajando durante semanas en un gran dispositivo para el traslado de los agentes y sus familiares.
Se trata de un acto absolutamente independiente, organizado al margen de cualquier formación política, en el que únicamente se ejercerá el derecho de reivindicar unas condiciones laborales dignas para los trabajadores de la, por otra parte, institución más valorada por los españoles. Una institución que, sin embargo, tiene una cara oculta que estos desconocen: la precariedad con la que han de ejercer cada día su función, tanto en cuanto a sus derechos como a la falta de medios materiales adecuados.
Con más de 30.000 afiliados, AUGC es la decana de las asociaciones profesionales y la mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civil. Cuenta con representación en todo el territorio español, en cada una de las unidades y especialidades del Cuerpo y viene liderando el movimiento asociativo desde la llegada de la democracia, cuando nació como un sindicato clandestino.
Su lucha por la democratización y la desmilitarización de la institución le valió en 2010 el Premio Nacional de Derechos Humanos que concede la Asociación Pro Derechos Humanos de España (apdhe).
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