Empate a dos entre Siguenza y Atlético Guadalajara

El CD Sigüenza empató ayer a dos tantos contra el Atlético Guadalajara, con una primera parte un tanto gris, en la que se vio poco fútbol por ambos bandos. Se adelantaron los capitalinos en el minuto 5, con gol de Juan Ignacio Viñas, que materializó perfectamente un pase filtrado tras un fallo en la conducción de la defensa doncelina.

El tanto reforzó el planteamiento capitalinos, “y nosotros no estuvimos finos a la hora de romperlo, cayendo en su juego lento”, lamenta el míster seguntino, Chema Mayor.

Los seguntinos querían la pelota, moverla con fluidez para cansar al rival y sacar partido de su mejor físico en los minutos finales, pero no fue así. “El partido entró en un bucle de protesta, faltas constantes y balones parados que nos perjudicaba. En realidad, se estaba jugando el partido que ellos querían. Ellos controlan el juego, teníamos que haber estado más finos”, reconoce Mayor.

Ambos equipos tuvieron ocasiones, pero siempre a balón parado. Así llegaba el empate, un golazo olímpico de David Santiago. En el minuto 35´, el delantero lanzaba un córner que se fue envenenando hasta colarse sin remisión por la escuadra, en el segundo palo. Hasta ese momento, lo mejor del partido, eran los goles.

Tras el paso por el vestuario, el Sigüenza salió mejor, con más frescura de ideas, y generando fútbol y ocasiones para haber resuelto en la primera media hora, con un Atlético que se limitaba a defender con orden. El equipo sigue sin estar fino en los últimos metros y, con el paso de los minutos, volvía a darse de bruces con la propuesta del Atlético Guadalajara, de juego lento y trabado, que más le convenía a los intereses capitalinos. “Tuvimos ocasiones, pero estuvimos mal en la finalización”, sigue Mayor.

El Sigüenza quiso algo más la pelota, y a base de volcar el juego hacia su campo, Enrique Navarro ponía por delante a los suyos en el 74´. El Atlético no se resignó con el 2-1, y viéndose perdido, buscó el empate con balones largos, que llegó justamente en el minuto 90. El colegiado señaló un penalti muy protestado por la grada de La Salceda. “Fue cuando menos dudoso, puesto que el árbitro había considerado como involuntarias dos acciones similares anteriores, por mano dentro del área rival”, opina Mayor.

Cesar Ona aprovechó el rechace en el lanzamiento desde los once metros, que había detenido bien Iván, para hacer el 2-2. En el descuento, el marcador ya no se movió.