REDACCION | Miércoles 13 de abril de 2016
La Audiencia Nacional ordenó el 1 de octubre embargar cuatro fincas en Pollença (Mallorca) propiedad de una sociedad de Luxemburgo llamada Beteiligung SA. El juez Grande Marlaska cree que el dueño real es el exbanquero Mario Conde, condenado junto con otros directivos hace diez años a pagar un total 27 millones de euros a los accionistas de Banesto por cometer delitos durante su gestión al frente del banco. Conde no pagó su parte y ahora la Justicia ha encontrado en qué paraíso había ocultado algo de su millonario patrimonio. El fax llegó al registro de la propiedad de Pollença (Baleares) a las 10.27 de la mañana del pasado 1 de octubre. Tras el membrete, el Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional ordena el embargo de cuatro fincas de la isla “para responder” de los casi 27 millones de euros a los que Mario Conde, expresidente de Banesto, y otros directivos de esa entidad fueron condenados (además de a 20 años de cárcel) a pagar a sus accionistas. Las cuatro fincas que la Justicia ha embargado ahora conforman una mansión junto a la playa en la zona de Çan Botana, y son propiedad, oficialmente, de la sociedad Beteiligung SA, con sede en el paraíso fiscal de Luxemburgo. Pero las pesquisas de la Audiencia Nacional indican que el dueño real de esa sociedad, y por tanto de las fincas mallorquinas, es Mario Conde, ahora escritor de éxito, tertuliano televisivo y candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia en las próximas elecciones del 21 de octubre. Desde la sentencia del Tribunal Supremo, hace ya diez años, Mario Conde se negó a pagar la indemnización y aseguró carecer de patrimonio mientras mantuvo un alto ritmo de vida social y profesional, incluyendo partidos de golf en un club tan exclusivo como el de La Moraleja. “Es un paso muy importante, el primero que realmente va a hacer daño a Mario Conde en su bolsillo”, subrayan fuentes de la Audiencia Nacional, que añaden que las fincas no llegarán a cubrir lo que el banquero debe pagar. “Se vendieron por unos 2,4 millones de euros hace 18 años, es cierto que la burbuja inmobiliaria se ha roto, pero no en esa zona de Baleares, donde hay muchos inversores extranjeros”. Una estimación conservadora realizada por un experto inmobiliario que conoce la zona indica que las fincas valen hoy entre “siete y nueve millones de euros”. Reportaje completo en la revista interviú y en la Edición Digital
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