OPINIÓN

Los indignados crecen

La Columna de Economía de Arturo García

Angela Merkel sólo sabe tres palabras en español: “hola”, “adiós”, y “cajas de ahorros”.

Miércoles 22 de octubre de 2014
Hoy salí a dar una vuelta. Cuando volví a mi casa, tardé un par de horas. Parece que había unos “indignados” cortando el tráfico. No sé que tendrá que ver su indignación con la clase política y económica con molestar y hacer perder el tiempo al resto de ciudadanos. Mientras tanto, me acordaba de lo que me había dicho una persona unas horas antes: Angela Merkel sólo sabe tres palabras en español: “hola”, “adiós”, y “cajas de ahorros”. Esto de los indignados va camino de convertirse en un movimiento que marcará una época, como la de 1968. Una rápida consulta a ese año en Wikipedia nos da una idea de los elementos comunes: “… los movimientos del 68 compartieron de un modo muy impreciso la misma dimensión cultural o política, con gran presencia estudiantil, de naturaleza asamblearia (más o menos manipulada o espontánea), pero siempre desbordando los cauces de participación ciudadana convencional, sindicales o políticos … muy habitual que se materializaran en ocupaciones de facultades y fábricas, o en protestas callejeras que, independientemente de su carácter inicial (sentadas, manifestaciones), SIGUE

Solían derivar en alteraciones más graves, con destrozos, levantamiento de barricadas y enfrentamientos con la policía ... sus reivindicaciones eran habitualmente poco evidentes: aunque se iniciaban por problemas concretos, se terminaban haciendo genéricas, demandando la solidaridad y conexión con otros grupos, transformaciones altruistas y universales o vagas propuestas de autogestión ... su protagonismo estaba muy disperso entre grupos atomizados de confusa identificación …”.

Yo lo que quiero es que concreten (¿quién?) sus proposiciones en materia económica. Ya sabemos que están en contra del capitalismo (¿sabrán lo que es el capitalismo?), por lo que supongo que proponen el comunismo (o sea, lo contrario del capitalismo). Están en contra de los bancos (¿habrá que volver a una economía de trueque? ¿prohibirán los préstamos? ¿tendremos que guardar el dinero debajo del colchón?) y de los políticos (aquí me pierdo, porque no es posible imaginarse una sociedad sin un poder; porque siempre hay alguien que manda y organiza).

En fin. Esto es inútil, al menos por ahora, y tiene visos de que nunca dejará de serlo, porque salir a la calle a acampar, manifestarse y tener altercados con la policía no conduce a nada bueno, y tampoco conduce a nada dar supuestas charlas pedagógicas a unas docenas de personas sentadas en el suelo de las plazas de las ciudades.

Por ahora es un movimiento que ocupa portadas en los medios de comunicación, y que sirve de entretenimiento a unas cuantas personas que lo están agitando y a otras muchas personas que lo secundan cuando se trata de salir a la calle. Yo también estoy en contra de los políticos, y de la clase dirigente financiera, pero no es ninguna solución acampar en Sol, ni tomar las bolsas de medio mundo, etc.

A mí lo que me gustaría es que hablen del Euro, de la pérdida de competitividad de España, de lo que significa que España tenga una inflación superior a la del resto de países de la Unión Monetaria Europea, de qué es la política monetaria y las consecuencias de haberla perdido, de los ejemplos de otros muchos países que fijaron un tipo de cambio de su moneda fijo respecto a otros países, de qué es un tipo de interés real negativo y cómo influye el haber tenido durante muchos años un tipo de interés real negativo, de las diferentes escuelas de economía (por ejemplo, la austriaca), de la bondad o perversión de fijar un tipo de interés por parte de los bancos centrales, de lo conveniente que es tener un presupuesto equilibrado y de las consecuencias que pueden tener los déficits excesivos, etc.

Y, ¿por qué no? que hablen también de los millones de euros que han recibido y siguen recibiendo las personas responsables de las entidades financieras que han contribuido a su quiebra, al menos parcialmente, por acción o por omisión.

Y ya por último, que expliquen para que nosotros lo tengamos claro, que todo se paga con nuestros impuestos y que tenemos derecho a exigir la mayor de la austeridad entre los políticos y sus gastos. El éxito en esta última hipótesis sería claro de identificar: al día siguiente tendríamos manifestaciones y sentadas en todas las comunidades autónomas para que, entre otros muchos temas, cerrasen las televisiones autonómicas.

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