REDACCION | Miércoles 01 de junio de 2016
Interviú nació en el año en que entró en la cárcel por primera vez Juan José Moreno Cuenca, El Vaquilla, ese crío que necesitaba poner un cojín en el asiento para robar coches, porque no llegaba a los pedales. Este especial recoge imágenes entre rejas de muchos de los personajes más conocidos, un resumen jamás realizado de fotografías de presos ilustres en el interior de la cárcel.
El día que apareció interviú, había presos políticos, de los de verdad, en España.
La revista era una recién nacida (tenía dos días de vida) cuando Marcelino Camacho –“Al pan, pan; y al vino, vino; y Camacho, Marcelino”– salía de Carabanchel. Fueron siendo excarcelados, con la ley de amnistía, todos los presos políticos. Y el recluso más famoso de los años siguientes fue un “alegre bandolero”, Juan José Moreno Cuenca, alias el Vaquilla.
Era lo que se llamaba un joven marginal. Cuando empezó a robar, colocaba un cojín en el asiento del coche porque no llegaba a los pedales. Fue carne de cañón, heroína y sida, como miles de jóvenes que llenaron las cárceles democráticas. Vivió rápido y murió joven, pero no dejó un cadáver exquisito: la tumba de su madre fue profanada años después para robarle las joyas.La democracia avanzaba a duras penas. ETA mataba más que nunca. Del otro lado de una pinza sangrienta, regurgitaban como jugos gástricos de las cloacas del franquismo elementos que hacían daño. Después, huían a América. Tras el golpe de Tejero, algunos jugaron al tenis en camiseta de tirantes dentro de la cárcel. Para hacer footing les abrían las puertas y corrían por fuera del penal. Siempre volvían. Gente de orden.Con los ochenta llegaron las ovejas negras. Gente de buena familia caía en la cárcel. Y se ahogaban. Al duque de Feria le llevó allí su pasión enfermiza y delictiva por las niñas.
Rafael Escobedo salió en una caja de pino.Javier de la Rosa cruzaba el patio de La Modelo con la misma energía que su dinero, y el de otros próceres de la patria surcaba los mares y el mundo. Ruiz-Mateos, siempre pionero, convertía la cárcel en un plató de televisión. Años después entraban en sus celdas los famosos y tertulianos de la Marbella connection.Las cárceles fueron alejándose de las ciudades. La mayoría de sus habitantes siguen siendo gente humilde: ahora también hay mujeres mulas de la droga que han llegado desde Latinoamérica, viejos yonquis desdentados que llevan más de veinte años dentro.En los últimos tiempos han comenzado a llegar presos vips: Gerardo Díaz Ferrán, líder patronal que pedía siempre a los españoles trabajar más.
Y sobre todo, Luis Bárcenas, icono de una época. Ambos estuvieron en Soto del Real y compartieron bicicleta estática.
Hay, 40 años después, políticos presos, como Francisco Granados y Carlos Fabra. Pero a diferencia del Vaquilla, entran en el talego con billete de vuelta y el futuro, a veces en francos suizos, esperándoles fuera.
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