Jueves 30 de junio de 2016
Que las redes sociales hacen su función no se puede poner en entredicho, tanto si es para lanzar noticias verídicas como para lanzar falacias (argumentos que parecen válidos, pero que no lo son). En el caso que nos ocupa, falacias cometidas intencionalmente para persuadir o manipular a los demás.
A solo dos días del 26J, comienzan a surgir comentarios sobre pucherazos y otras bobadas varias. Sin ir más lejos, he leído en una de las redes sociales -en Facebook concretamente- un comentario en el que se arrojaban dudas sobre si realmente en España eran impensables unas elecciones manipuladas. “Pues sí, es impensable”, contesté yo.
La duda ofende, pero cabe preguntarse si es que a estas alturas se pueden poner en tela de juicio las garantías democráticas de nuestro país. Parece ser que cuando los resultados no son los esperados, lo más fácil y recurrente es desacreditar al ganador o al propio sistema, lo que supone un desconocimiento total del mecanismo del proceso electoral.
Hay muchos que vigilan (vigilamos) y fiscalizamos la labor de los componentes de la Mesas Electorales durante el escrutinio, es decir, en el recuento de votos y, por supuesto, no ponemos en entredicho el trabajo de los representantes de la Administración que recogen los datos y los envían después a la Junta Electoral.
La Junta Electoral Central (JEC) es el órgano superior de la Administración Electoral en España, y es el único permanente, que recoge y analiza cualquier incidencia.
La Junta Electoral Central, con sede en Madrid, se compone de trece vocales, de los que ocho son magistrados del Tribunal Supremo elegidos por sorteo –mediante insaculación- por el Consejo General del Poder Judicial; mientras que los otros cinco -Catedráticos de Derecho o de Ciencias Políticas y de Sociología en activo-, son propuestos conjuntamente por las fuerzas políticas concurrentes, siendo nombrados por la Mesa del Congreso cuando no se produce esa propuesta conjunta.
Con todo esto quiero decir que en España existe un completo y riguroso mecanismo para garantizar que la ‘manipulación’ de cualquier tipo quede descartada.
Pero volviendo a las elecciones del 26J, yo me pregunto si quienes se atreven a arrojar alguna sombra de duda y ponen sobre la mesa un supuesto ‘pucherazo’ por el hecho de que de nuevo el PP haya ganado los comicios, también harían los mismo si el resultado de las urnas hubiera sido otro; por ejemplo, si hubieran ganado quienes están imputados por posicionarse del lado de la banda terrorista, por agresiones a agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, por agresiones sexuales a menores o por tráfico de drogas… ¿Se hablaría entonces de manipulación electoral?
Dejemos ya esa obsesión por desacreditar a todo lo que no huela a puño en alto, y pongámonos a trabajar para que nuestro país, España, continúe con la recuperación económica ahora que ya, por fin, avanzamos con el viento a favor.
Aure Hormaechea
Presidenta del Partido Popular de Azuqueca de Henares
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