Un total de 23 alumnos conocen los detalles del Geoparque de Molina gracias a la UNED

El aula que el Centro Asociado de la UNED de Guadalajara tiene en Molina de Aragón ha sido la sede de la segunda edición del curso de verano “Geoparque de Molina-alto Tajo: la divulgación del Patrimonio geológico”. Se ha tratado de una iniciativa que se ha prolongado entre el 29 de junio y el 1 de julio, y que ha cosechado un gran éxito. Un total de 23 alumnos han tenido la oportunidad de conocer todos los pormenores del mencionado espacio.

Para ello, se diseñó una formación teórico-práctica, en la que se han involucrado expertos de primer nivel. Así, el primer día –el miércoles 29 por la tarde– se pudo disfrutar de dos interesantes conferencias. La charla inicial estuvo a cargo del científico titular del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), Luis Carcavilla, quien habló de la Red Europea de Geoparques y de la Divulgación del Patrimonio Geológico. Fue una intervención que despertó un gran interés entre los asistentes. En segundo lugar, habló Juan Manuel Monasterio, gestor del Geoparque de Molina–Alto Tajo, quien explicó los orígenes y razón de ser de la mencionada figura. La jornada concluyó con una visita guiada al Museo Comarcal de Molina de Aragón, del cual Monasterio es también director.

Sin embargo, el curso no quedó aquí. Continuó el jueves 30 de junio y el viernes, 1 de julio, con sendas prácticas de campo. Se buscaba que los alumnos pudieran ver sobre el terreno lo comentado durante la parte teórica. De esta forma, el jueves 30 se programó una visita a los lugares geológicos más singulares de la zona. Se comenzó por el Barranco de la Hoz, donde alumnos y profesores hicieron una de las Geo-rutas diseñadas en el lugar. Una vez concluido el recorrido, se conocieron los pliegues en acordeón de Cuevas Labradas y las rocas de falla existentes también en el valle del Gallo –que se constituyen como el afloramiento más importante de su tipología a nivel nacional–. Asimismo, los participantes conocieron tobas de El Campillo y tuvieron la oportunidad de adentrarse en la sima de Alcorón.

El tercer y último día de curso también contó un cariz práctico. Se visitaron dos de las minas de caolín existentes en la comarca: la de Santa Engracia –hoy clausurada– y la de El Machorro. Con ello se quiso exponer dos ejemplos contrapuestos. Un caso –el primero– de mala gestión minera, cuya deficiente administración continúa provocando afecciones ecológicas en el río Tajo. Y, al mismo tiempo, se mostró un trabajo reconocido más allá de nuestras fronteras –el realizado en El Machorro–, gracias a la utilización de nuevos modelos de reconstrucción ecológica, como el Natural Regrate. Un ejercicio de comparación muy interesante y útil.

Un balance muy positivo.

Gracias a este enfoque, y a la combinación de teoría y práctica, los asistentes al curso de verano “Geoparque de Molina-alto Tajo: la divulgación del Patrimonio geológico” salieron muy satisfechos de la iniciativa. Un buen sabor de boca que fue compartido por los organizadores. “El nivel de los alumnos ha sido muy homogéneo, y esto ha contribuido a que las explicaciones de los ponentes se aprovechasen más y fueran más participativas”, subrayaba la responsable de las aulas de la UNED de Sigüenza y Molina de Aragón, Alicia Herranz. “La gente ha salido contenta. Viendo esto, el curso es una de las mejores aportaciones docentes que podemos hacer para el Geoparque”, indicaba Javier Lario, director de la propuesta y profesor de la UNED.

Lario también ponía en valor las prácticas de campo. “Ha sido lo más atractivo. Es mucho mejor ver valores del Geoparque in situ”, reconocía. Unos resultados muy positivos de los que son conscientes en la entidad organizadora del curso. “De esta manera, se mantiene y se refuerza el compromiso de la UNED con las aulas de Molina y de Sigüenza”, concluía Herranz.