Cristian Martinez fue uno de los jóvenes que siguió los cursos del 'Noviembre Emprendedor' propiciado por el Ayuntamiento de Almonacid de Zorita. De su formación como técnico superior en electrónica, de lo que le aportaron aquellas enseñanzas dirigidas por Juan Cabrera (Intensify) y de su propia efervescencia creativa ha surgido 'Impresiónate3d', un proyecto de impresión 3D que tiene su sede en el Area de Coworking del Vivero de Empresas de la villa almorcileña. El proyecto se dedica al prototipaje, diseño e impresión 3D. ¿Futurista?, sí. ¿Y en Almonacid?, también.
Allí Cristian ha instalado dos de sus impresoras 3D de muestra, la primera que él mismo ha fabricado, ensamblando las piezas necesarias y utilizando para su control software de uso libre, y la segunda, un modelo profesional de tecnología SLA láser. En sólo cuatro meses de funcionamiento cuenta con una cartera de en torno a veinte clientes fijos, que le piden artículos de merchandising para la promoción de empresas, como llaveros u otros objetos, pero también la fabricación de piezas profesionales en el entorno industrial, o para robótica y automoción.
El joven emprendedor, de sólo 22 años, primero diseña en el ordenador las piezas que le solicitan, o bien las escanea para reproducirlas fielmente en tres dimensiones. Tiene capacidad de impresión en filamento FDM, que trabaja por aportación de material que puede ser desde madera a mármol, pasando por arcillas, PET-G, ABS, PLA, NYLON gomas o, en general, materiales específicos para su aplicación. Los más frecuentes son el ABS y PLA, unos materiales plásticos muy resistentes a la degradación y que se pueden utilizar en entornos higiénicos. “Se calienta, se funde y se va dibujando el relieve y aumentando en capas”, explica. Por ejemplo, el joven emprendedor ha fabricado asas para máquinas industriales, apoyos o juntas para esas máquinas. “La versatilidad es nuestra virtud, puesto que podemos fabricar formas infinitas sobre materiales infinitos”, sigue.
Es el software programado por el propio Cristian el que calcula el precio de la pieza, en función del tipo de material que se usa, el nivel de precisión requerido y el tiempo empleado. “Hace un cálculo automático”, aclara. La cantidad máxima de piezas para la que 'Impresiónate3d' es efectivo en costes es de hasta quinientas, con su capacidad de fabricación actual. Sin embargo, el emprendedor ya se plantea ampliar su negocio a las naves adicionales con las que cuenta el Vivero de Empresas de Almonacid.
La gran ventaja competitiva de Cristian es “el prototipo”, proyectos que se van a convertir en realidad pero que aún están en fase de pruebas y no se sabe aún qué forma va a tener de manera definitiva, o “las roturas de piezas” cuya fabricación por moldeado o inyección es inviable por costes. “Hacer las pruebas de las primeras carcasas de un nuevo modelo de teléfono móvil encarece mucho el proyecto si no se utilizan fórmulas como la impresión 3D”, explica.
Cristian ya cuenta con mucha maquinaria. En primer lugar, con un escaner que transforma los objetos reales en realidad virtual. Sobre la pantalla, se pueden reparar fácilmente, para clonar la pieza en cuestión de minutos, recreándola fielmente según el original. “Por ahí tenemos mucho mercado”, dice. El emprendedor reproduce modelos para escultores o fundiciones. “Por ejemplo, realizamos el positivo de una pequeña escultura mediante impresión 3d para que el cliente pueda fabrica un molde con él, pudiendo clonar en serie las piezas en bronce”.
Además de a las empresas, Cristian presta servicio también a muchos particulares. “He repuesto muchas piezas de diferentes materiales para hogar y automovil”, dice. Además del escáner y la impresora de filamento, cuenta también con la impresora 2, la láser o SLA. “Fabrica con otro proceso diferente de mayor resolución y acabado. En este caso, se utiliza una cuba llena de resina. La pieza sale en posición invertida. El potente láser dibuja una capa, que se solidifica al impactar con la resina. Así, progresivamente va aumentando concéntricamente con una velocidad de producción prácticamente instantánea. “Solidifica en el acto, cuando otros métodos tardan hasta 20 veces más por capa”, dice.
Cristian trabaja en la oficina del Area de Coworking de Almonacid. Aun así, la ingeniosidad de sus máquinas, le ha llevado a efectuar presentaciones en diferentes foros de emprendimiento. “En un mundo virtual, en el que ya casi todo pasa por internet, la manera de hacerlo tangible en el futuro van a ser las impresiones 3D. Y como realmente no hace falta tienda física, el Vivero y su conexión con el transporte convencional son perfectos para mi”, termina.
Cristian ha tomado muchas ideas del País Vasco, donde hay muchos proyectos avanzados en este sentido. Por ejemplo trabajan para imprimir prótesis de titanio con estos sistema o en escayolas hechas para roturas en material plástico impermeable que se pueda sumergir. Un mundo infinito, como el futuro de este joven emprendedor.