REDACCION | Sábado 13 de agosto de 2016
La alegría peñista abre cada año lo más granado de las fiestas que la ciudad de Sigüenza celebra en honor a San Roque y la Virgen de la Mayor. En una tarde de agosto espléndida, en la que a las ocho, hora de comienzo del desfile, la temperatura era de treinta grados centígrados, cientos de seguntinos se acercaban hasta la Avenida de Juan Carlos I para abordar las carrozas que habían preparado, ocho en total, o simplemente para seguirlas. A partir de las siete y media, voluntarios de Protección civil de Sigüenza y Guardia Civil cortaban el tráfico para que la gente pudiera darle la bienvenida como requería la ocasión a las fiestas.
La primera de las carrozas era la que transportaba a reinas y sus damas de honor, en versión infantil y juvenil. Y detrás el resto. Había hawaianas, una magnífica y dicharachera representación de la película Grease, Un castillo, balones de playa, un drakar vikingo, magos con sus sombreros de copa y cientos de disfraces individuales. Delante de cada representación, sus músicas, de manera que el kilómetro de longitud que llegó a tener la caravana, contaba además de con todos los colores imaginables, con todas las músicas, incluida, naturalmente, la de la dulzaina.
Dejando atrás la Plaza de Don Hilario Yabén, la carroza de las reinas y las damas quedaba recortada sobre el cielo con el fondo de la Catedral, componiendo bellas estampas. La blancura de los vestidos de las guapas destacaba aún más sobre las vetustas piedras de la Fortis Seguntina. Las muchachas, todas radiantes, disparaban confeti que luego caía suavemente sobre las calles y, siempre con la carroza detenida, caramelos para los niños, de acuerdo con la instrucciones de seguridad.
Además de los miembros de Protección Civil, que en un total de quince han velado por la seguridad del desfile, también los miembros de la corporación municipal, incluido el alcalde de Sigüenza, José Manuel Latre, encabezaban el desfile vigilando que todo saliera según lo previsto. Pasadas las nueve de la noche, Televisión Castilla La Mancha conectaba en directo con Sigüenza, trasladando a toda la región la alegría que se palpaba en el ambiente de la ciudad.
Al filo de las nueve y media de la noche, reina damas llegaban a la Plaza Mayor. Ayudadas por alcalde y concejales, descendían de su carroza. Sucesivamente lo iban haciendo el resto de los vehículos, de manera que cuando daban las diez de la noche, la Plaza Mayor se convertía en un hervidero de jolgorio y cánticos, abarrotada con representantes de las 38 peñas que hay en la ciudad.
Sigüenza tiene ganas de fiesta, y eso se nota. Minutos antes de que sonara el chupinazo, 2.500 personas llenaban el lugar con su algarabía, en medio de un ambiente excepcional. Cuando todos los peñistas hubieron llegado a destino, Latre tomaba la palabra para dar los correspondientes vivas a San Roque, la Virgen de la Mayor, las Peñas y Sigüenza.
También estaba allí la alcaldesa infantil, Clara Calvo, y el resto de la corporación municipal. Tomaba luego la palabra Juan Carlos Gallego, representante de la Peña El Mendrugo, que este año cumple sus primeros cincuenta años de existencia. “Lo que empezó hace medio siglo como un grupo de amigos, es hoy toda una institución en la que los jóvenes se convirtieron en padres y dieron paso a las nuevas generaciones. El trascurso del tiempo se ha ido llevando a grandes amigos, para ellos es hoy nuestro homenaje, pero no es hoy momento de ponerse sentimentales sino para la alegría”, dijo, antes de dar sus vivas y la palabra a Félix Duran, de la peña El Kaos. Asomado a la balconada del Ayuntamiento y con la fuerza de la juventud, exhortó a los seguntinos a dar comienzo a la diversión, teniendo además, un recuerdo para el CD Sigüenza, del que es uno de sus jugadores.
Antes de que se prendiera la mecha del cohete, las últimas palabras correspondieron a Elena Sienes, reina de las fiestas: “Mis compañeras y yo os deseamos que disfrutéis de los numerosos actos programados para todas las edades y vivamos unos días de diversión, convivencia y respeto, donde la alegría inunde las calles de nuestra ciudad, y sea la protagonista de nuestras fiestas”.
Fue Félix Duran quien se encargó de prender la mecha del cohete anunciador de las fiestas. El cohete voló bien alto al cielo doncelino. Su explosión se convirtió en una estrella más de la noche serrana. Sigüenza está de fiesta.
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