Sábado 20 de agosto de 2016
La policía francesa no sale de su asombro. Este jueves sorprendió a un conductor vasco de 56 años ebrio que dio 4,75 gramos por litro de sangre en el análisis al que fue sometido. Llevaba 240 kilómetros al volante cuando le dieron el alto y, según parece, no sabía ni de dónde venía ni a donde iba. De hecho, fue incapaz de soplar y por eso le llevaron directamente a un hospital cercano.
Al comprobar el estado del conductor, que emanaba un fuerte olor a alcohol, los gendarmes procedieron a hacer el control de alcoholemia pero el conductor fue incapaz de soplar en la prueba de aliento. Los gendarmes decidieron llevarle al hospital más cercano.
El caso se registró en la autopista A-89 cuando una patrulla procedió a identificar al ocupante de un vehículo estacionado en el carril de emergencia en la vía que va de Burdeos a Perigueux, a la altura de la localidad de Saint-Seurin-sur-l’Isle.
La Policía asegura que es casi imposible dar con un positivo superior a los 3 gramos por litro, ya que se considera la frontera del coma etílico. El más alto registrado en nuestro país es de 2,88 gramos de litro. Fue el pasado mes de febrero, en Vitoria. “Hacía muchos años que no se veía una alcoholemia tan elevada”, reconocía la policía local.
Al individuo, que tendrá que presentarse en el Tribunal Penal de Libourne en octubre para declarar, se le ha retirado el carné de conducir durante al menos seis meses.
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