Viernes 02 de septiembre de 2016
La Administración del Tesoro que depende del Ministerio francés de Finanzas propone crear un impuesto sobre la "comida basura" en función de su carga en calorías para combatir el sobrepeso y la obesidad, que tienen un coste económico muy elevado para el país, pero al Gobierno no le gusta la idea.
Según el Tesoro, el objetivo sería cambiar los dispositivos fiscales actuales, que desde 2012 gravan en particular las bebidas edulcoradas (y que permiten recaudar 400 millones de euros al año) para adoptar un modelo similar al que existe desde hace un par de años en México, informó hoy "Les Echos".
El diario económico, que recoge un informe del Tesoro, señala que se trataría de incrementar el precio de la "comida basura" de forma significativa, entre un 1 % y un 8 %, que penalizaría los productos con muchas calorías y poco valor nutricional.
Otra pista sería elevar el tipo del IVA para los productos "más nocivos para la salud", ya que ahora todos los alimentos tienen en Francia un tipo reducido salvo el alcohol, la confitería y las grasas vegetales.
Teniendo en cuenta que un impuesto así afectaría más a las clases más bajas, que son las que más parte de su presupuesto dedican a la alimentación, los autores del estudio sugieren que eso se podría compensar con una elevación de subsidios sociales.
Sin embargo, el ministro de Finanzas, Michel Sapin, se pronunció hoy en contra de crear una nueva tasa ahora que el Gobierno está tratando de bajar los impuestos, y su secretario de Estado de Hacienda, Christian Eckert, consideró que la propuesta del Tesoro es demasiado compleja.
En una entrevista concedida a la emisora de radio "RTL", Eckert recordó que el Parlamento ha discutido sobre una serie de impuestos que tratan de modificar el comportamiento de los consumidores, como los que gravan los aceites, las harinas, la margarina, el chocolate o las bebidas edulcoradas, e insistió en que si hay cambios en la fiscalidad, no sería para aumentarla.
El Tesoro calculó que los alrededor de 30 millones de personas que en Francia tienen sobrepeso o directamente son obesos tienen un coste anual de 20.400 millones de euros anuales.
En esa cifra se contabilizan, por ejemplo, los gastos sanitarios por las enfermedades asociadas al exceso de peso (unos 17.000 millones de euros anuales, sobre todo por diabetes, hipertensión o afecciones respiratorias, articulares, cáncer o depresión) y las jornadas no trabajadas por esa misma razón (7.000 millones).
No obstante, las personas con sobrepeso u obesas tienen una esperanza de vida más baja que el resto: 1,5 años menos de media las primeras y de 3,5 a 8 años las segundas. Y eso significa un ahorro en paralelo de unos 7.000 millones de euros anuales.
En 2012 se contabilizaron 24,6 millones de franceses con sobrepeso, es decir, un tercio de la población.
En cuanto a los obesos, su número creció a un ritmo del 4,1 % anual de 1997 a 2012 y su representación en el país subió de apenas un 5 % hace 35 años al 15 % actualmente.
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