Sábado 17 de septiembre de 2016
Según el digital EsDiario, todo comenzó a raíz del "fichaje" de Daniel Lacalle por parte de la Comunidad de Madrid con apoyo de la Cámara de Comercio con la misión de "vender" la ciudad de Madrid en la "City londinense". Al dirigente socialista no pareció gustarle demasiado este fichaje por el que, según algunas informaciones, cobrará Lacalle alrededor de 50.000 euros para atraer a empresas de Reino Unido a la Comunidad de Madrid en caso de que se planteen un cambio de ubicación a raíz del Brexit.
Segovia comenzó con tono irónico atacando a Lacalle: "Usted es un declarado liberal, contrario a que el Estado tenga demasiado peso, contrario a que haya un exceso de sueldos públicos. Ahora usted cruza la barrera y pasa a ser una persona que pasa a cobrar dinero público. Me gustaría saber cuánto, esa es mi primera pregunta".
Al principio, el tono era cordial: "Yo todavía no tengo contrato. Ha salido en algún medio de comunicación que percibiré 50.000 euros", aseguró Lacalle sin confirmar la cifra para matizar a Segovia que "no es de dinero público, es una colaboración público-privada, pero no es dinero público".
Tal y como detalla el digital Es Diario, ante las preguntas de su interlocutor aclaró que el contrato está "sujeto a un control doble porque es una colaboración público-privada entre la Comunidad de Madrid y la Cámara de Comercio de Madrid y sigue los baremos de control de ambas instituciones".
Ante la insistencia de Segovia sobre si cobraría más o menos en función de objetivos, Lacalle le contestó que "es independiente. Yo no sé si alguno de ustedes tiene el objetivo de no ganar, pero yo vengo aquí a ganar. La pregunta de si un liberal puede cobrar dinero público me parece como poco hilarante".
Puesto que el dirigente socialista tenía el discurso preparado ("son muchos quienes se pasan la vida criticando el excesivo peso del Estado, las mamandurrias y los puestos dados a dedo, pero sistemáticamente acaban en uno..."), Lacalle tiró de sarcasmo: "Es que creo que andaban buscando a un politólogo comunista que no hablase inglés, pero ya estaban todos colocados".
La cosa fue subiendo de tono: "Sí, sí, esto es muy habitual, criticar la mamandurria, pero acabar teniendo un carguito público", decía el socialista, y el economista tiró de "zasca": "Me parece una demagogia hilarante que digas eso cuando tu propio partido tiene contratados a teleoperadores, gente sin carrera en el Ayuntamiento de Madrid. Yo pensaba que me leías, pero ya veo que no. Por lo menos cómprame, te compras cualquiera de mis seis libros. Lo primero que hay que hacer es informarse y tener un poco de rigor. Lo que yo he defendido toda mi vida no es criticar lo público, sino defender la sostenibilidad de lo público para que sea eficiente".
La tensión siguió subiendo cuando el del PSOE atacó con un "A base de grandes recortes, ¿verdad? Y criticar a los enchufados. Aquí todo el mundo es enchufado hasta que le toca a uno, entonces a eso ya lo llaman meritocracia" y el invitado contestó con un "si tú defiendes la meritocracia, defenderás un concurso en el que se invitan a una serie de personas por sus méritos".
Tal era la tensión que se acumuló, no sólo en directo, sino también en los intermedios para la publicidad que, una vez finalizado el programa y ya fuera de cámara, la tensión subió hasta tal punto que Lacalle y Segovia estuvieron a punto de llegar a las manos. Separados in extremis por algunos compañeros de tertulia, ambos fueron conducidos a coches diferentes para abandonar los estudios y calmar las aguas.
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