El entorno de los asesinados de Pioz niega cualquier relación con mafias o drogas
Gana enteros la hipótesis de que unos sicarios se desplazaron a Pioz para asesinar a la familia brasileña
La conexión brasileña en el asesinato de Guadalajara sigue siendo la hipótesis más firme de aquellas con las que trabajan las Fuerzas de Seguridad españolas para tratar de discernir las causas, el móvil y el ‘modus operandi’ del asesinato de cuatro miembros de la familia brasileña encontrada muerta y descuartizada el pasado sábado en Guadalajara. A pesar de las versiones aportadas por familiares de los fallecidos, que instan a la Policía a investigar al círculo cercano de las víctimas en España, Interior ha solicitado ayuda para identificar a sujetos sospechosos que hayan entrado en agosto en España procedentes de Brasil.
Tanto Policía Nacional como Guardia Civil revisan estos días con lupa la lista de pasajeros del aeropuerto de Barajas de vuelos con origen y destino en Brasil al tiempo que aguarda la lista de los sicarios más buscados por las autoridades sudamericanas. Los poco más de 46 kilómetros que separan al aeropuerto de la capital de la urbanización La Arboleda de Pioz (Guadalajara) refuerzan la principal línea de investigación policial.
En este sentido el gobierno español ha solicitado al brasileño información sobre redes de asesinos a sueldo ‘fichados’. Se especula con que dos o tres sicarios podrían haber llegado por separado a Madrid para, después, agruparse y desplazarse rápidamente (en 30 minutos) hasta su siniestro objetivo.
De entre todas las incógnitas que rodean al caso, las Fuerzas de Seguridad españolas tratan de despejar principalmente la posible conexión de la familia asesinada con el narcotráfico dada la similitud del ‘modus operandi’ -los cuerpos de los adultos fueron desmembrados en introducidos en bolsas de plástico, mientras que los de los menores tan sólo fueron degollados- con las prácticas relacionados con sicarios de Sudamérica.
La limpieza del escenario, donde no se han encontrado huellas, y la preparación del crimen, dado que los accesos a la vivienda no fueron forzados y ningún vecino ha sido capaz de dar ninguna pista, también apunta a profesionales del crimen. Tan sólo el hedor de los cuerpos en descomposición de los cuatro miembros de la familia alertó a los vecinos. Pero para entonces ya había pasado tiempo suficiente para que los asesinos desaparecieran del mapa.