Miércoles 05 de octubre de 2016
“Si la abeja desapareciera del planeta, al hombre solo le quedarían 4 años de vida”. Esta frase, atribuida por el cine a Albert Einstein, puede parecer excesiva, pero es una impactante manera de situar a este animal en el importante lugar que ocupa para la especie humana. Ahora, el planeta debe lamentar una peligrosa amenaza: las abejas son ya una especie en peligro.
En 1988 había un total de 5 millones de colmenas en Estados Unidos, pero en 2015 pasaron a quedar sólo la mitad, aproximadamente unos 2,5 millones. Murieron el 42,1% de las colonias. Y este 2016, las proyecciones son peores.
Es por eso que el Servicio de Pesca y Vida Salvaje del país norteamericano ha incluido por primera vez a este animal como especie en peligro; concretamente a siete especies que contarán con una protección especial en virtud de la Ley de Especies en Peligro.
Entre los motivos de la reducción de la población de abejas está la reducción de su hábitat, los incendios, las especies exógenas, los pesticidas y la pérdida de diversidad genética, informa la CNN.
La población de abejas está disminuyendo en todo el mundo, “pero este año será más aguda”, apunta Pau Bars, secretario de la Asociación de Apicultores de Catalunya. Según su punto de vista, esta crisis se debe al cambio climático, “que desorienta a las abejas. Estos animales tienen los ciclos climáticos muy marcados, y si varían como ahora, eso las trastoca”.
Desde hace casi 30 años sabemos que las abejas están muriendo, aunque aún no sepamos al 100% por qué. El 75% de la flora silvestre se poliniza gracias a las abejas y casi el 40% de las frutas y verduras que comemos procede de la polinización.
Los motivos no están claros aún, pero los expertos apuntan al aumento del uso de los pesticidas, el incremento de avispas asiáticas y de dos parásitos enemigos naturales de las abejas: uno interno (Acarapis Woodi) y otro externo (Varroa Destructor).
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