REDACCION | Sábado 29 de octubre de 2016
Mañana domingo día 30 a las 12.00 se celebrará la carrera popular organizada por Greenpeace en Gárgoles de Abajo (Guadalajara) que pretende poner de manifiesto el lado más zombi de la energía nuclear. Además de en la localidad guadalajareña, celebrarán de manera simultánea carreras en las otras cuatro provincias con reactores nucleares: Miranda de Ebro (Burgos), l’Ametlla de Mar (Tarragona), Trujillo (Cáceres) y Valencia.
Se trata de la primera vez en su historia en que Greenpeace organiza cinco carreras populares simultáneas que serán actos lúdicos y deportivos, muy visuales y que están abiertos a todos los públicos. Las carreras tienen por nombre “Nuclear Running Dead”.
Aunque no se trata de una protesta o manifestación, con estas carreras Greenpeace quiere visibilizar el lado más “zombi” de la energía nuclear, una energía acabada a pesar de los esfuerzos del sector y sus beneficiarios para mantenerla viva.
La inscripción se podrá hacer también mañana domingo antes de comenzar la carrera y obtener un dorsal, aunque ya no se podrá contar con un chip de cronometraje y participar en la parte competitiva y optar a los premios.
Los participantes podrán competir en dos categorías, en las distancias de 10 km y 4 km, y podrán hacerlo con caracterización zombi, aunque no es obligatorio. La organización pondrá a disposición de todos los corredores un servicio de maquillaje en cada carrera con elementos zombis.
Para participar será necesario aportar una cuota simbólica de inscripción de 5 euros de los que Greenpeace destinará 1 euro a la asociación Chernobil Elkartea, una organización que lleva desde 1995 trabajando por el bienestar de los niños y niñas que aún sufren las consecuencias del desastre nuclear de Chernóbil.
En España aún operan seis centrales, incluida Garoña, cuya vida útil terminó hace más de tres años y que no produce electricidad pero que no ha sido definitivamente clausurada. Greenpeace considera que el parque nuclear debería ser sustituido por energías limpias cuando termine su vida útil, algo que sucederá al principio de la próxima década.
Greenpeace identifica la energía nuclear como una energía “zombi” ya que además de los esfuerzos por querer mantener las centrales vivas cuando termina su vida, deja un legado tóxico de toneladas de residuos radiactivos y que permanecerán durante miles de años como una amenaza para las personas y el medio ambiente.
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