Martes 08 de noviembre de 2016
El fraude de las denuncias falsas de turistas a los establecimientos, generalmente por intoxicaciones ficticias, está provocando pérdidas millonarias en el sector.
El timo de las reclamaciones falsas, como empieza a ser identificado, ha alterado gravemente las cuentas de muchos hoteles de España. Y empieza a ser detectado, aunque en menor escala, en distintas provincias, donde la patronal manifiesta su temor y llama la atención a la administración y a los touroperadores para que impidan que se extienda y que comience a pasar factura a las cuentas de resultados.
En un comunicado, Ashotel señala que este verano circulan por el sur de Tenerife oficinas móviles de lo que denomina "abogados piratas", instaladas en furgones amarillos con rótulos en inglés en los que se anima a los turistas a denunciar por intoxicaciones alimentarias adquiridas en el hotel donde se alojan.
"La inmensa mayoría de las denuncias son falsas", pero las reclamaciones se interponen en tribunales británicos, por lo cual en la mayoría de ocasiones es más rentable para los hoteleros pagar la indemnización que abrir un pleito para defenderse en el extranjero, según Ashotel.
"En muchos casos ni siquiera presentan partes médicos oficiales de las supuestas enfermedades contagiadas en los hoteles", sino que se limitan a denunciar que se han puesto enfermos por alguna intoxicación alimentaria y piden que se les indemnice, agregan los hoteleros.
Según la denuncia de Ashotel, los "abogados piratas" tratan de captar a los turistas durante su estancia y les dicen que solo les cobran si se gana la reclamación.
Algunos turistas han asegurado que "se sienten acosados" por estos bufetes, que les animan a denunciar y les aseguran que así sus vacaciones les saldrán gratis.
Ashotel sospecha que detrás de estos bufetes puede haber "exdirigentes de turoperadores" que conocen los entresijos burocráticos de los contratos y las pólizas de seguro.
"El sector hotelero es uno de los que más controlado está, entre otros ámbitos en el sanitario, con lo que, insiste, podríamos estar ante una posible estafa bien organizada", según el presidente de Ashotel, Jorge Marcihal.
¿En qué consiste el timo?
Grupos de abogados anglosajones que montan su furgoneta, el llamado «chiringuito», junto a los hoteles y que animan a los clientes a ahorrarse el dinero del veraneo con una maniobra tan carente de escrúpulos como repetida por el momento: la presentación, frente a la justicia británica, de una denuncia falsa. En general, relacionada con presuntas intoxicaciones, un tipo de queja que, como reseña Luis Callejón Suñé, presidente de la patronal en la Costa del Sol, deja a los establecimientos en una situación de indefensión doble. En primer lugar, porque es difícil demostrar la falta de responsabilidad a posteriori y una vez que el paciente se ha recuperado. Y, sobre todo, porque son pocos los que apuestan por asumir los costes de desplazar a las islas británicas a su séquito de abogados.
Según el responsable de Aehcos, el procedimiento ya se ha cobrado en muchas zonas, cifras millonarias. Buena parte de la artimaña, señala, se fundamenta en las diferencias con Gran Bretaña, donde la justicia, como los coches, funciona al revés, dando prioridad a la presunción de culpabilidad y obligando al acusado a tener que justificar su inocencia. Por el momento, son pocos los locales que, dada la distancia, se han atrevido. Y en la suma, al menos este verano, ha venido la sorpresa: pagos de 500.000 euros que se reducen a la mitad y a los que a menudo se agregan cuantiosos costes judiciales. Siempre con los touroperadores como intermediarios, que son los que están obligados a compensar al turista.
La trama es jugosa para los abogados que la promueven: los hoteles pagan a los touroperadores, éstos a los viajeros y ellos se embolsan una comisión de órdago, que en algunos casos ha llegado a superar en 5.000 euros el dinero percibido por los clientes. Una razón lo suficientemente poderosa para explicar el aumento registrado en estas reclamaciones, que en hoteles de Benidorm ha pasado de una decena a varios centenares en menos de un trimestre.
Aehcos detalla que este tipo de estafas suelen darse más en los establecimientos de todo incluido, que es por donde se ha visto merodear a abogados en todo el país. «Presumen que, al salir poco los viajeros, lo normal es que consuman en el hotel y se pueda culpar al negocio de una posible intoxicación más fácilmente», puntualiza.
Ashotel ha señalado que esta práctica se produce también en otros destinos turísticos españoles como Baleares y Andalucía.
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