Guadalajara se ha convertido en la primera ciudad de España que ha dedicado un espacio museístico a la figura del dramaturgo alcarreño, Antonio Buero Vallejo. Situado en el Palacio de La Cotilla, uno de los edificios históricos más importantes de la ciudad, ha sido inaugurado por el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, en presencia de la viuda de Buero Vallejo, Victoria Rodríguez, y de su hijo, Carlos Buero.
La inauguración de este espacio museístico constituye el colofón del intenso programa de actividades conmemorativas que el Ayuntamiento de Guadalajara ha realizado este año con motivo del centenario del nacimiento del artista. La programación ha constado de la exposición titulada “Antes del teatro. La pintura en la vida de Buero Vallejo”, de un espectacular acto institucional realizado sobre las tablas del Teatro Auditorio que lleva su nombre, de la instalación artística de “Historia de una escalera” en la fachada de su casa natal, en la calle Miguel Fluiters y de representaciones teatrales, lecturas dramatizadas, cine, mesas redondas y recitales poéticos.
“A través de estos actos -ha señalado el alcalde de Guadalajara- esta ciudad quiere devolverle a Buero lo mucho que amó a la tierra que le vio nacer y lo mucho que hizo por ella, al ser uno de sus más preciados embajadores”.
El espacio dedicado a Buero Vallejo se sitúa en el que será en un futuro próximo el Museo de la Ciudad. El Ayuntamiento de Guadalajara ha realizado un gran esfuerzo para abrir esas nuevas salas y “dar a conocer dos aspectos: el entorno más íntimo del dramaturgo y su talento como pintor”.
En ellas se ha reproducido el despacho que tenía en su domicilio madrileño, con el mobiliario y los enseres originales. Se trata, tal y como ha destacado Antonio Román, de un espacio muy significativo en su trayectoria artística y que fue, incluso, descrito por él mismo en su obra “La casa del tiempo”, donde se refería a él de este modo: “A la izquierda, la pieza que fue dormitorio de mi hermano antes de casarse y después de mi madre, hace mucho que es mi despacho. Las librerías dejan espacio para un buen paisaje antiguo tras mi sillón. El conjunto es abigarrado; como en otros domicilios de escritores, importunos libros y papeles se agolpan sobre la mesa y en un par de asientos. Aquí he escrito en ocasiones fragmentos de obras mías, pero su mayor uso es el de la correspondencia y el archivo”.
También goza de protagonismo en estas salas, la faceta como pintor de Antonio Buero Vallejo. Ésta fue su primera vocación y marcó su infancia y adolescencia. Una trayectoria que quedó truncada por la Guerra Civil y por sus años de presidio. Ya en libertad, la retomó con pasión y realizó varias pinturas al óleo, expuestas ahora en Guadalajara: bodegones, ramilletes de flores y claveles, retratos de su madre y hermana, retratos inspirados en los modelos de Ignacio Zuloaga, estampas de tipos castellanos bajo la influencia de José Ortiz Echagüe... Una producción que a partir de ahora vé la luz para el disfrute de todos y en la que destacan sus autorretratos.
El alcalde de Guadalajara, Antonio Román, ha agradecido a la familia que haya permitido al Ayuntamiento adquirir las obras y los enseres que contiene este espacio y ha expresado su deseo de que “el mismo constituya un homenaje perpetuo, digno de un personaje tan importante para Guadalajara y para las artes de España”.
La entrada es gratuita y podrá visitarse los viernes y sábados de 11 a 14 horas, y de 17 a 19 horas; y los domingos y festivos, de 11 a 14 horas.