El historiador alcarreño, con la colaboración del Ayuntamiento de Tamajón, repasa en su último libro la biografía de este controvertido personaje, Matías Vinuesa López de Alfaro (1778-1821) que tuvo relevancia histórica en la Guerra de la Independencia
REDACCION | Martes 03 de enero de 2017
“El recuerdo que me viene a la memoria con motivo de la publicación de esta biografía titulada 'Matías Vinuesa, cura de Tamajón: Héroe de la Religión y del Trono' (Editorial Fanes, Santander, 2016) es que afronté la investigación de un personaje cuyo pensamiento es difícil de encuadrar debido a sus actuaciones, muy contradictorias entre sí”, explica Aurelio García, historiador alcarreño que acaba de publicar un libro sobre este controvertido personaje.
El trabajo ha contado con el patrocinio del Ayuntamiento de Tamajón, y además, está prologado por el alcalde de la villa, Eugenio Esteban de la Morena. “Creo que, en la medida de sus posibilidades, también la administración local debe contribuir a la investigación de nuestra historia, y así, de alguna manera, también a la recuperación de nuestro patrimonio inmaterial, de la mano de especialistas como Aurelio, que lleva ya años ayudándonos a traer al presente nuestro pasado”, valora el regidor.
Don Matías Vinuesa López de Alfaro, que es conocido como Cura de Tamajón, nació en Neila (Burgos), el día 22 de abril de 1778. El municipio de Neila está situado en la montaña burgalesa y era un pueblo pastoril. La mayor parte de sus vecinos se dedicaban de una u otra forma a la actividad ganadera.
La vida de Vinuesa fue la de un joven ambicioso en un tiempo donde las oportunidades había que aprovecharlas. Por razones económicas, estudió en tres universidades: Alcalá, Toledo y Sigüenza, alcanzando el grado de doctor en Teología. En 1804 fue nombrado cura de Tamajón. En 1807 opositó para canónigo Lectoral en la catedral de Sigüenza, puesto que no consigue. Esto hizo que continuará ejerciendo en Tamajón hasta finales de 1811, momento en que abandona el curato de Tamajón, eligiendo como sustituto o cura ecónomo a don Vicente Gamo Montúfar. Vinuesa siguió teniendo el curato de Tamajón hasta 1814, cuando fue nombrado capellán Real. Participó durante la Guerra de la Independencia como comisionado de la Junta de Guadalajara y Sigüenza. Además de, como se manifiesta en la Gaceta de Valencia del 30 de marzo de 1810, como jefe guerrillero con sus propios hombres. Tuvo algunos enfrentamientos con los franceses en Buitrago y Alcalá de Henares, así como también se le atribuye la detención del bandido Velasco, que estaba haciendo la guerra por su cuenta en la comarca de Tamajón. A pesar de todos estos éxitos, tuvo desavenencias con El Empecinado que hicieron que abandonase las armas y fuera poco después apresado por los franceses. Al ser detenido por las tropas napoleónicas, en 1812, se convierte en afrancesado. En febrero de 1812 estaba residiendo en Carabaña, en la casa de su primo, José Vinuesa, párroco de la localidad. Desde allí escribió varias cartas al ministro del Interior de José Bonaparte. Al regresar Fernando VII a España se traslada hasta Valencia para recibir al rey y se convierte en un seguidor del absolutismo defendido por el monarca. Fue partidario del Manifiesto de los Persas y, colaboró en la redacción del decreto de 4 de mayo de 1814, por el que el monarca suprimió la Constitución de 1808.
Fue autor de numerosos artículos y de varios libros con contenido sobre doctrinas religiosas y de fuertes ideales tradicionales. En 1813 editó la obra del padre Rafael Vélez añadiendo un comentario suyo con el título: 'Preservativo contra el espíritu público de la Gaceta de Madrid: en donde por medio de varias observaciones muy importantes se desenvuelven sus doctrinas antirreligiosas y antipolíticas, y las de otros periódicos: estas observaciones pueden servir de adición a la obra inmortal del P. Vélez. Por el doctor Don Matías Vinuesa cura de Tamajón en el arzobispado de Toledo'.
En 1814 es nombrado Capellán de Honor de Fernando VII y posteriormente arcediano de Tarazona y calificador del Santo Oficio. Y en 1821, en pleno Trienio Liberal, ideó un plan de conspiración para derrocar al gobierno Constitucional que llevaba como título: 'Plan para conseguir nuestra libertad'. Se trataba de un plan para dar un golpe de estado, volviendo de nuevo al absolutismo de 1814. Sin embargo, fue descubierto y detenido. Al poco tiempo se le abrió un proceso judicial por el que fue castigado a diez años en presidio. La sentencia no gustó a las masas populares, que reunidas en más de un centenar y medio en la Puerta del Sol se dirigieron a la cárcel donde estaba Vinuesa. Asaltaron la prisión y asesinaron a Vinuesa el día 4 de mayo de 1821.
Vinuesa no se salvó de la atroz muerte que venía incubando desde hacía meses. El horroroso asesinato del Cura de Tamajón hizo que se convirtiera en un mártir de la causa absolutista. Por decreto de 21 de febrero de 1824, el rey Fernando VII ordenó hacer unas exequias fúnebres en memoria de su capellán.
Matías Vinuesa fue probablemente uno de los clérigos más osado y valiente de la España de las primeras décadas del siglo XIX, y por ello fue duramente castigado. En el fondo, el destino de Vinuesa estaba sellado desde su origen: no fue un personaje ejemplar durante la Guerra de la Independencia, ni tampoco después destacó como intelectual. En cierto modo su historia fue un disparate.
El asesinato fue conocido con detalle por todo el pueblo de Madrid, y se hizo un grabado en el que se recrea el momento en que la muchedumbre, dirigida por exaltados, con la complicidad de la Milicia Nacional irrumpe en la prisión donde está preso Matías Vinuesa y lo linchan.
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