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Una "cosa sexual muy fea, llamada el muelle" esta multiplicando las ETS entre los adolescentes en España

Lunes 09 de enero de 2017
Se llama 'el muelle' y, aunque se ha presentado como práctica sexual, en realidad, rompe la esencia de las relaciones de este tipo.

El mecanismo, como el de todo juego de éxito, es sencillo. Los chicos se disponen sentados o tumbados en un círculo con los calzoncillos bajados, y las chicas se ponen sobre ellos y son penetradas durante unos segundos, hasta que acaba el tiempo y el turno cambia. Entonces buscarán al chico siguiente. Ellos aguantan con un único fin: no eyacular. Pierde el primero que lo haga, y las rondas irán descartando a los demás hasta que solo quede el ganador.

El origen de este 'divertimento' entre adolescentes está ubicado en Colombia, debido a que fue en Medellín donde se produjo la primera denuncia por un embarazo no deseado de una niña de 14 años. Esta reveló toda la historia a la prensa y la práctica comenzó a popularizarse y a extenderse por otros países latinoamericanos como Perú o Argentina.

También ha llegado a España, desde donde hace un par de años la Policía madrileña y catalana ya tiene conocimiento del juego. Aunque no existen denuncias ya que se realiza de modo consentido entre menores que, además, lo mantienen en estricto silencio.

En Madrid, 'el muelle' comienza a dejar rastro en los servicios de sanidad especializados en adolescentes. Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) se han multiplicado en el último año, según informa una ginecóloga de La Paz al diario El Mundo. De dos o tres casos de contagios al año han pasado a atender a diez menores por trimestre. También se tiene constancia de embarazos no deseados. Uno de ellos, lo sufrió una joven de 17 años que jugó a 'el muelle' en la sierra de Madrid. Finalmente abortó.

Un juego de alto riesgo.-

El riesgo que entraña el juego no es residual. Las penetraciones suelen practicarse sin preservativo, por lo que las opciones de contagio se multiplican entre todo el grupo, al igual que los embarazos no deseados. Y en el caso de usar profilácticos los chicos, ellas quedan indefensas al compartir fluidos entre unas y otras al cambiar de pareja.

VIH, sífilis, clamidia, hepatitis C, el virus del papiloma humano se extienden al calor de estos juegos sexuales en grupo. Además, las chicas sufren desgarros y vaginismo causados por penetraciones sin excitación, en las que los músculos que conforman la vagina se encuentran en tensión.

Aunque los niños que lo practican también están expuestos a riesgos graves como disfunción eréctil o eyaculación precoz.

El juego redunda en la idea del sexo como competición y lo aleja de la búsqueda del placer, mientras que subraya el carácter de espectáculo para demostrar de modo erróneo conceptos como 'hombría', en el caso de ellos, y 'liberación sexual', en el de ellas.

Los expertos indican que detrás de estas diversiones están la carencia de educación sexual tanto en las escuelas como en la familia, el aburrimiento de los jóvenes y el acceso cada vez más precoz a las drogas y al alcohol.

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