La lista de inscritos de Podemos, los afiliados con derecho a voto en sus primarias, es manipulable. Se puede inflar con DNI falsos y acumulando móviles o tarjetas telefónicas. Lo demuestran los escándalos que están saliendo a la luz en Canarias y otro inminente en Baleares que pone en peligro la alianza que sostiene a la presidenta de esa comunidad, Francina Armengol. Tic, tac, tic, tac…”.
El eslogan que acompaña a una foto que está llegando por Whatsapp y otras redes a los seguidores de Podemos en Baleares recuerda a aquello que coreaba Pablo Iglesias en enero de 2015, cuando su partido estaba en pleno ascenso. Pero este tictac no tiene que ver con aquellas ilusiones, sino con una encarnizada guerra en las tripas de Podemos. La foto es simple, doméstica: una mano muestra un disco duro de un ordenador Toshiba. Nada más. Se trata de la memoria central de un PC averiado. Estos días, un perito informático intenta recuperar su contenido en Madrid. El ordenador procede de Mallorca. En su día ese ordenador activó, envió y recibió correos electrónicos que podrían demostrar, cuando se recuperen, un fraude electoral interno en Podem Balears, la formación que da soporte al Gobierno de la socialista Francina Armengol. Por eso, el tictac de este mensaje se envía citando su nombre, y también el de Biel Barceló, líder de Més per Mallorca, el tercer partido del pacto que gobierna las islas.
“Un dirigente de Podem Balears se jactó delante de mí y otras personas de que había inscrito para votar a todos los ancianos de la residencia en la que tenía a su madre”, relata a interviú una diputada de la formación morada que, después de pensárselo, pide el anonimato. Es prudencia sobrevenida ante lo explosiva que se ha vuelto la situación en su partido, entre denuncias cruzadas de corrupción. Saldo provisional: dos expulsiones –la diputada Montse Seijas y la expresidenta del Parlamento Xelo Huertas– y la Comisión de Garantías (CG) de Podem volada por los aires. La diputada que cuenta el caso se refiere a los comicios internos que Podem celebró para constituir su consejo ciudadano en abril de 2015. Hasta la CG llegaron quejas por irregularidades y fraudes, que no atendió. A mediados del pasado mes, transcribió la prensa balear una grabación en la que Pascual Ribot, ya expresidente de la CG, reconoce que es “un delito”, y aventura: “Hay que llevar esto de manera que no acabemos todos en los tribunales”.
Todas las quejas formuladas en aquellas elecciones internas tenían que ver con el sistema de inscripción de Podemos, en el que es fácil obtener derecho al voto (ver recuadros): basta un DNI (verdadero o falso), un e-mail y un número de teléfono en el que recibir por SMS una clave de confirmación. “La mitad de los inscritos del partido son pura paja –explica uno de los distribuidores de la foto tictac–. Están ‘Batman’, ‘Superman’, Fidel Castro, Julio Verne y Leonardo da Vinci. Y también un montón de muertos”.
El afiliado que hace esta aseveración habla con ira por el rumbo que ha tomado el partido: “La base que sustentaba a Podemos, los círculos, se ha convertido en humo. Ahora mandan los secretarios generales”, se lamenta; pero su enojo procede también de que las denuncias por fraude electoral en Podem, algunas emitidas por él mismo, las digiere el aparato: en 2015 llegaron al Consejo de Garantías central, en Madrid, y este las remitió al CG de Baleares. “Nos acababan juzgando los mismos tíos a los que estábamos denunciando. Es de locos”.
Un veterano de los círculos completa el cuadro con una autoinculpación de momento anónima: “En las primarias de 2015 yo inscribí, en Palma, a 70 bultos, comprando 70 tarjetas telefónicas en Inglaterra y con correos que generé con un ‘hosting’ de mi empresa”.
Pudo votar, le consta, no solo su padre fallecido; también un tal Pedro de los Palotes.
El bulto rufo peludo.-
Pocos mecanismos de seguridad depuran el censo de Podemos. Entre ellos, se identifica si un mismo ordenador genera muchos correos, o se compara el lugar indicado de residencia con el lugar desde el que se emite el e-mail. Con estas ligeras precauciones se ha llegado al censo que ha votado en el congreso nacional Vistalegre II. La votación la ha administrado la empresa Ágora Voting, como todos los comicios de Podemos, hasta el punto de que en el partido llaman a la maquinaria electoral interna “el sistema Ágora”.
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