TOROS

Palomo Linares y el ganadero Angel Moreno hablaron de toros en Sigüenza

REDACCION | Domingo 05 de marzo de 2017
En la tarde del viernes, con la organización de Tauria, la empresa que organiza los festejos taurinos de la ciudad de Sigüenza, con la colaboración de los voluntarios seguntinos que ayudan en los festejos taurinos y del propio Ayuntamiento de Sigüenza, tuvo lugar una animada tertulia taurina que, moderada por Antonio Lafuente y Manuel López, aficionados a la fiesta de los toros que participan el primer viernes de cada mes desde hace 28 años en la tertulia del Cocido Taurino de Guadalajara, intervinieron el maestro Sebastián Palomo Linares, y el ganadero Angel Moreno, en representación de la Ganadería Miranda Moreno.

La tertulia tuvo como escenario el salón de actos del Centro Cultural El Torreón, que se llenó para la ocasión con cerca de un centenar de aficionados. Después de escuchar las presentaciones e intervenciones primeras, los seguntinos participaron activamente de la tertulia, que se prolongó durante prácticamente dos horas en animada charla. Tanto Moreno como Palomo Linares estuvieron a sus anchas, sin rehuir ni una sola de las preguntas de moderadores y aficionados.

Introdujo la tertulia el concejal de Festejos del Ayuntamiento de Sigüenza, Oscar Hernando. El munícipe señaló que el evento se convocaba para hablar de toros en la ciudad, pero también para rendir homenaje a los aficionados seguntinos, especialmente a quienes colaboran con el Ayuntamiento y con la empresa en la organización de los festejos taurinos, “llevando a cabo un trabajo que pasa por invisible, pero que desde luego, para nosotros no lo es”.

Abrió plaza Manuel López, que recordó la solera de los encierros de Sigüenza, comparable a los de Cuéllar o Guadalajara. Señaló también el moderador que, en otros tiempos, la Plaza Mayor de la ciudad vivió festejos taurinos. “Los toros entraban por la Puerta de Toriles, que conserva su nombre original”, señaló con tino. Correspondió a Antonio Lafuente glosar la amplia y multidisciplinar trayectoria del maestro, una palabra sobre la que Manuel López afirmó que se utiliza con demasiada alegría en el mundo del toreo. “A cualquiera que empieza, se le califica como tal”, afirmó. “Pasa como con los curas, cuando les llamamos padre, y no lo son”, bromeó Palomo Linares. “En su caso, maestro, el término se le aplica con toda justicia y propiedad del diccionario”, apostilló López.

Sebastián Palomo Martínez, de nombre artístico, Palomo Linares, hizo gala a lo largo de toda la velada de una extraordinaria memoria, hablando con precisión de corridas de toros de los años sesenta que mantenía fresquísimas en su memoria.

Sebastián Palomo Martínez nació en Linares, la misma ciudad en la que cuatro meses y dos días después murió Manolete, el día 27 de abril de 1947. Es matador de toros, pintor, actor, ganadero, apoderado y profesor de tauromaquia. Fue el cuarto de nueve hermanos y aprendiz de zapatero en su niñez. Empezó como maletilla, con el apodo de 'El rata', que le pusieron por su vivacidad.

Su primera gran oportunidad en los toros llegó en la Plaza de Vistalegre, en las entonces conocidas como novilladas de la oportunidad. Fue el 20 de junio de 1964. El maestro llegó a Madrid en un camión, con 13 pesetas en el bolsillo, habiendo salido de su casa con 21. Debutó con picadores en 1965 en Ondara (Alicante), “el día 3 de enero”, puntualizó el torero. Tomó la alternativa el 19 de mayo de 1966, siendo Jaime Ostos su padrino, y con Mondeño como testigo, en Valladolid, con toros de Salustiano Galache. Confirmó la alternativa en 1970, el 19 de mayo, con Curro Romero como padrino y Salustiano García como testigo, con toros de Antonio Pérez Angoso.

Antes, en la temporada de 1969, Eduardo Lozano y Paco Ruiz, apoderados entonces de los diestros, llegaron a un acuerdo para que Palomo Linares y El Cordobés torearan juntos esa temporada, manteniendo su independencia de los empresarios, en una campaña que se llamó de 'Los guerrilleros'. Hicieron 65 corridas.

El año 1972 fue crucial en la vida del torero. El 22 de mayo, en Las Ventas, acartelado con Andres Vázquez y Curro Rivera, cortó un rabo al toro Cigarrón, de 566 kilos, del hierro de Atanasio Fernández, algo que no ocurría desde hacía 37 años y que, como no podía ser de otra manera, suscitó la polémica en el mundo de los toros.

Solo diez toreros han tenido el honor de cortar un rabo en la historia de la primera plaza del mundo, y Palomo Linares ha sido el último de ellos. “Para mí fue una tarde redonda, histórica, por el rabo, y por las otras cuatro orejas que corté”, declaró el viernes. Pero en todos los ámbitos de la vida, siempre hay quien no te quiere, justa o injustamente. “Aquella tarde, el 99% de la plaza pidió el rabo. Pero también he tenido detractores, afortunadamente. Cuando todo el mundo está de acuerdo en algo, malo. Hasta Jesucristo tuvo oposición”, valoro Palomo Linares. “Esta fecha histórica fue conmemorada en 2015 colocando un mosaico en la Plaza de las Ventas que recuerda el hecho”, destacó Antonio Lafuente.

Además, en aquel año mágico para el torero, Palomo Linares cortó un rabo en La Monumental de Méjico, al toro Tenorio, de la ganadería de 'Las Garfias'. El último español que lo había conseguido había sido Manolete, otra vez el gran torero, en el año 1946. Así, Palomo Linares se ha convertido en el único matador en la historia del toreo que ha cortado un rabo en Las Ventas y otro en la Monumental de Méjico, algo que además, logró en el mismo año.

El maestro aclaró que nunca se retiró de los toros, simplemente, “dejé de torear en el año 1985”, debido a una lesión en una pierna y también a la necesidad que tenía de “descansar”. En el año 1993 se encerró con seis toros en su Linares natal, volviendo a los ruedos con cierta regularidad hasta el año 1995. Fue en Benidorm cuando toreó su última corrida. “Ya no ha vuelto a torear más, excepto festivales. El último toro que he matado fue precisamente en uno de estos festivales benéficos, en Colombia, en el año 2002”, dijo. Linares tuvo ofertas posteriores, a las que ya no hizo caso.

Además de en su ciudad natal, el maestro se ha encerrado con seis toros muchas más veces, en San Sebastián de los Reyes, Valladolid y Almería. En el año 1971, en Vistalegre, mató trece toros en un día. “Lo había intentado Antonio Bienvenida antes, pero no pudo terminar la corrida”, afirmó.

Como actor ha protagonizado dos películas, 'Nuevo en esta plaza', y 'Solos los dos'. También ha sido ganadero, y es pintor. Palomo Linares ha expuesto sus obras en más de 40 galerías de todo el mundo. Como pintor, debutó en el año 1967 en la Galería San Diego, de Bogotá. “En el mes de febrero ha hecho 50 años”, señaló. En sus cuadros se reflejan sus vivencias, que plasma llenas de luz y de color y que reflejan la armonía de su vida actual, y su estado de ánimo. El maestro define su estilo como “abstracto, con un punto de surrealismo”. “Transmite energía positiva”, opinó Lafuente, que terminó su semblanza definiéndolo con dos palabras: “arrojo y espectacularidad”. “Todo profesional tiene que tener arrojo en lo que hace, pero sobre todo, transmitir. Se dedique a lo que se dedique, tiene que buscar siempre no defraudar a sus partidarios”, sentenció Palomo Linares.

Después de glosar la trayectoria de Linares, Angel Lafuente presentó al segundo ponente, Angel Moreno, representante de la ganadería Miranda Moreno, al que definió como “un aficionado práctico, que torea en muchos festivales”.

La ganadería de Miranda Moreno, con divisa verde y encarnada, y señal en oreja, despuntada en ambas, tiene su finca en Collado de Santa Ana, Guarromán, Jaén. Pertenece a la unión de criadores de toros lidia. La empresa se llama Agrícola Ganadera Collado de Santa Ana, y su representante es Javier Moreno Aracena, padre del ponente, Angel Moreno Pérez-Tabernero.

La ganadería tiene encaste Domeq, y es corta, “de 120 vacas”, según expuso Moreno, puesto que prima siempre “la calidad sobre la cantidad”, definió el moderador. Angel Moreno es un ganadero por herencia y tradición familiar. En él se unen dos familias “de mucho arraigo”, definió Lafuente, los Moreno, de Navarra, y los Pérez Tabernero de Salamanca. El moderador además recordó, homenajeándolo, al recientemente fallecido, en septiembre pasado, abuelo del ponente, don Antonio Pérez Tabernero.

En la pasada Feria de San Roque en la ciudad del Doncel, se lidió una novillada de este hierro, que además ha obtenido excelentes resultados en otras localidades guadalajareñas, como Trillo, Cabanillas del Campo o Marchamalo. En 2007, la ganadería Miranda y Moreno lidió su primera corrida de toros en Villanueva de Arzobispo (Jaén). En el año 2011 obtuvo un triunfo sonado, en Cuenca, saliendo a hombros el ganadero. Posteriormente se han lidiado corridas de toros de este hierro en Ciudad Real, Albacete, Zaragoza y Santander. En esta última ciudad, un toro de Miranda y Moreno dio la vuelta al ruedo.

Cuando fue preguntado por la esencia del oficio y de la selección, el ganadero respondió que “mi padre siempre me han inculcado, no sé si estaremos equivocados o no en esto, que lo más importante es la genética. La alimentación y la sanidad son fundamentales, pero la clave es la genética”, reiteró. “Buscamos la calidad desde arriba del todo, desde los tatarabuelos, abuelos, madres y padres, tíos… Mi padre sigue muchísimo la línea de descendencia”, explicó Moreno.

El objetivo final es buscar un animal “que sea pronto, porque creemos que si el toro tiene movilidad y prontitud no le da tiempo a pensar y no desarrolla peligro; que humille, porque así se le ven menos los pitones que si no lo hace; que se desplace ese paso de más, necesario para que el torero lo vea marcharse y tenga tiempo para colocarse y ligar los muletazos; y que tenga muchísima fijeza. Todos estos son conceptos que llevamos a gala y con los que, poco a poco, vamos viendo resultados en la plaza”, afirmó el ganadero.

Después de la tertulia, los ponentes recibieron un detalle por parte de la afición seguntina, y quienes quisieron, la continuaron en el restaurante Kentia, en una cena taurina.

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