El lunes pasado, la madre de una chica de 17 años observó aterrorizada que su hija tenía lesiones y cortes profundos en el brazo con la inscripción “F57”. El caso ocurrió en Marbella, lo investiga la Guardia Civil y es el primero confirmado en España de víctima del juego de la Ballena azul, un macabro reto de 50 días seguido por adolescentes de todo el mundo. Hay otros cuatro casos investigados en Cataluña y uno más en Baleares.
Una reportera de Interviú entró en las tripas de la ballena. Esto es lo que encontró. Salta de un edificio muy alto, toma tu vida”. Es el último reto que exigen a los jugadores de la Ballena azul, una serie de 50 pruebas, una por cada día, que acaba obligatoriamente en suicidio y corre por todo el mundo a través de internet. Una madre de Marbella descubrió la pasada semana que su hija, que se había hecho arañazos profundos en el brazo con la inscripción “F57”, es la primera víctima española confirmada, según ha podido saber interviú. Jugar a la Ballena azul es fácil. Nos ponemos en contacto con una de las cuentas que hay abiertas en Facebook o Twitter. Cuando decimos que queremos apuntarnos, uno de los perfiles nos avisa de que la Ballena azul no es ninguna broma: “Esto es 100% real, por eso la persona que esté interesada debe estarlo en su totalidad. Si no lo va a realizar y es solo por curiosidad le recomendamos que no nos escriba”.
Después de la advertencia, los administradores o curadores –las personas que dan las pautas para jugar y vigilan que se cumplan– nos piden el nombre completo y una foto de nuestro DNI para comprobar que los datos que damos son reales. Si es así, avisan: “Se le asignará una curadora para que comience con el día 1”. En otra de las cuentas abiertas con el nombre de Ballena Azul, el criterio es diferente. Después de la bienvenida pasan a un tono muy serio: “Una vez que entres, no sales más”.
Además del caso de la chica de Marbella, el primero confirmado por Ballena azul y que investiga la Guardia Civil, otros episodios con adolescentes están bajo la lupa. Una chica de 15 años fue ingresada en un hospital tras, supuestamente, lesionarse al seguir el juego de la Ballena azul, según informó la Cadena Ser. “No sabemos si se trata de la ‘Ballena azul’ como tal, tenemos que cerciorarnos de que sea así, pero sí estamos investigando el caso de una niña ingresada que se había lesionado”, dicen los Mossos d’Esquadra. A ese caso se unen los de otros tres menores, alumnos de un Instituto de Educación Secundaria en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), que habrían empezado a jugar. Uno de ellos se habría hecho ya los primeros cortes en el brazo. Pese a todo, un portavoz de la Policía Nacional afirma que “no hay ninguna denuncia ni se ha abierto ninguna investigación”. En Mallorca, otro caso llegó a la Policía Local, aunque finalmente ha quedado descartado. Signos de alerta Después de apuntarnos para jugar, recibimos un mensaje privado en Twitter. Es una chica eslovaca de 17 años que busca un curador, el jefe de grupo o administrador que la vaya poniendo los retos: “Tengo depresión. Quiero morir”, dice. Es la explicación que da para jugar a la Ballena azul. “No tengo miedo”, advierte. Una experta en redes sociales y menores confirma a interviú que “solo se lo están tomando en serio en las fiscalías de Cataluña. Se aferran a que no hay denuncias, pero hay que prevenir. Los chicos ya están jugando, están imitando lo que ven en redes sociales. Hasta que no se suicide uno de ellos, como ya ha pasado en otros países, no se va a hacer nada”.
Esta misma experta indica a padres y pediatras los signos que pueden alertarles de que sus hijos están jugando a la ballena: “Preguntas frecuentes sobre si hay que cumplir o superar los retos de la vida, sobre si el suicidio es un acto de valentía, pequeños cortes en los brazos al principio, inscripciones, primero en rotulador, que pongan F57 o F59…”. Pasar noches sin dormir viendo vídeos de terror, hacerse cortes en los brazos o en los labios son algunas de las 50 órdenes. Entre comentarios y perfiles encontramos el de un adolescente que sube fotos mostrando algunos cortes en las piernas y busca a un jefe que le ponga retos: “Lo necesito”, explica cuando le preguntamos por qué quiere seguir jugando en algo que le hace daño y puede que lo lleve a la muerte. Algunas de las cuentas de la Ballena azul desaparecen, pero las que están activas imponen sus propias normas. “1r reto: escríbete con un rotulador negro F59 en la palma de la mano”, nos exigen. Y continúan: “Primero se hace con un rotulador…”. En otro caso, nos piden una prueba que incluye nuestra foto desnuda de cintura para arriba.
“Debes ponerte en tus senos el número 50, sin sostén ni nada y mandarme una foto para ver si cumples. Es una prueba para ver si eres capaz de cumplir los demás retos”.
La Ballena azul nació en la red social rusa Vkontakte. A través de esa plataforma, Philipp Budeikin, el creador del juego, comenzó a establecer los puntos a seguir antes del último reto: el suicidio. El joven está detenido en su país. En Suramérica el juego está teniendo tanto éxito que la Iglesia ha tomado partido. El Obispo de Ciudad Juárez (México) y el de Porto Alegre en Brasil lo han condenado. Facebook y Twitter se han convertido en un reclamo para adolescentes que buscan emociones fuertes a través de juegos macabros. Es fácil encontrar chicos que siguen las reglas: “Te vas acostumbrando hasta que un día cortarte ya no duele”, “Tengo miedo, pero lo voy a completar” o “Ya estoy consiguiendo acceso al techo del edificio más alto de mi ciudad, ¿alguien me acompaña?”. Parece que cada vez son más.
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