REDACCION | Sábado 22 de julio de 2017
A la remanguillé, de espaldas, en balanceo a dos manos, de sobaquillo, a la chita callando, a machote o por la espalda. Fueron algunos de los estilos a los que recurrieron los aspirantes a hacerse con el título de mejor lanzador de ladrillo del mundo, cuyo campeonato se celebró ayer en Valdeluz. En medio de una inusitada expectación y un espléndido ambiente, la competición se desarrolló de forma entusiasta y entre las risas y exclamaciones de asombro del numeroso público que se congregó en las cercanías de la pista de lanzamiento.
Ubicada en una parcela aledaña a la zona de peñas del recinto ferial, el área de caída de los artefactos se dispuso con un ángulo de apertura de unos 10º y en ella se afanaron dos jueces, que serían los encargados de medir las distancias y dar validez o nulidad a los lanzamientos en función de si el ladrillo caía dentro o fuera de los límites de la pista.
Aunque en un principio la participación se había reducido a medio centenar de competidores, al final serían 60 aspirantes los que optasen al triunfo en las tres categorías previstas en este 1er Campeonato del Mundo de Lanzamiento de Ladrillo de Valdeluz. El ganador masculino sería Carlos Pujadas, vecino de este núcleo de población y representante de República Dominicana, que en los dos lanzamientos de que dispuso sumaría 59’96 metros.
Tras un primer intento espléndido en el que afinó la puntería para multiplicar por dos la distancia alcanzada, en el segundo fue a asegurar la victoria final. Solo el madrileño Borja Martín, de 24 años, pudo hacerle sombra con 50’88 metros. En féminas el título sería para Tania Cepeda, de Castilla-La Mancha, que demostró una extraordinaria habilidad apuntando al multiplicador. En cuanto a la competición junior, que estaba reservada a jóvenes de 6 a 14 años, el vencedor fue Moisés M., de Cataluña, que con 33’47 metros se impondría in extremis a la madrileña Lucía S. que, con solo 6 años, puso tanto ímpetu como su madre, triunfadora de su categoría.
Y es que ya lo decían las bases del campeonato: el ganador no tenía por qué ser el que más lejos lanzase el ladrillo, sino el que demostrase más destreza. Ya que la longitud total salía de la suma de la distancia alcanzada multiplicada por las franjas o círculos donde finalmente reposase el objeto. Cada participante tuvo derecho a dos intentos, que se efectuaron en estático y sin impulso ni carrerilla. La técnica de lanzamiento era completamente libre y para que se considerase válido debía detenerse dentro de los límites de la pista marcada con las cintas de delimitación. Siempre que el ladrillo no rebasase complemente esas lindes, el tiro se consideró acertado. En cuanto al diseño de la pista, contaba con una franja central que multiplicaba por dos la distancia lograda. Además, disponía de otros tres multiplicadores (x3, x4 y x5), en función de la lejanía, lo que complicaba el lanzamiento.
El Ayuntamiento de Yebes ha querido felicitar a la Peña ‘La Escapada’ por tan brillante idea, que no solo concitó el interés de los medios de comunicación en la víspera, sino que también sirvió para que el público y los participantes pasasen un rato entretenido y divertido. “No cabe duda que han acertado con un evento tan original como curioso que, de paso, ha dado notoriedad al municipio”, opina José Antonio Real, concejal de Cultura.
Y es que el Gobierno municipal destaca el papel de las peñas en el programa de actos, “ya que son el alma de estas fiestas y los organizadores de multitud de actividades que tienen una formidable aceptación entre los vecinos”. Tras el éxito de esta edición, “en la que el listón ha quedado muy alto”, en la Peña ‘La Escapada’ ya piensan en la segunda cita del próximo año. “Estamos en condiciones de adelantar que será tan mediática o más que esta y llegará con numerosas novedades y sorpresas”, avanza Michel Vallado, miembro de esta agrupación peñista.
En este 1er Campeonato Mundial de Lanzamiento de Ladrillo de Valdeluz hubo veinticinco aspirantes en categoría masculina, dieciocho inscritas en la competición femenina y otros diecisiete en junior. Al término de la competición se procedió a la entrega de los trofeos a los ganadores, que corrió a cargo de José Villarino, concejal de Deportes, y el regalo de una camiseta conmemorativa de esta simpática cita a todos los participantes.
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