“¿Qué hubiera pasado si lo que han hecho Page y Vaquero en esta región, arrebatando sus prerrogativas al presidente de Comisión, lo hubiera hecho el Partido Popular?”.
Es la pregunta que se hace la diputada del PP por Guadalajara, Silvia Valmaña en relación a los lamentables acontecimientos que se vienen sucediendo durante las últimas semanas en Castilla-La Mancha, donde el máximo responsable del Ejecutivo “ha dado un golpe a las reglas del juego democrático para mantenerse en el poder con un vergonzoso pacto de sillones”.
“Si este golpe a la democracia y a la libertad lo hubiera protagonizado un presidente o presidenta del Partido Popular, habrían abierto todos los telediarios”, asegura Valmaña, quien subraya el “grado de cinismo” de Page, “un político amortizado que en lugar de rendir cuentas por lo todo lo que ha prometido y no ha hecho, es capaz de cualquier cosa para mantener su sillón”.
Con todo, para la diputada del PP lo más grave es el daño que esta situación está causando en Castilla-La Mancha en general y Guadalajara en particular. En este sentido, Valmaña destaca la pérdida de inversiones que sufrirá esta provincia, teniendo en cuenta que en el presupuesto aprobado por PSOE-Podemos, este capítulo se reduce en más de 3,1 millones de euros. “Page golpea con saña y saquea a la provincia de Guadalajara, a la que priva del dinero necesario para hacer realidad proyectos tan importantes como la ampliación del Hospital, el Campus Universitario, los regadíos de Cogolludo, los centros de Salud de Azuqueca o Cifuentes, el instituto de Alovera o el colegio de Iriépal, entre otros”, lamenta la parlamentaria popular.
En opinión de Valmaña, en lugar de “anunciar que hará anuncios, Page debería rendir cuantas por su falta de gestión y poner los recursos que los guadalajareños necesitamos y exigimos”. Además, le reprocha que en lugar de destinar a gasto social el incremento del presupuesto, que ha sido posible gracias a las políticas del Partido Popular, “Page lo gastará al pago de asesores y prebendas que garanticen su permanencia en el sillón al que se aferra”.