Este próximo fin de semana, con la vuelta de la Virgen de los Enebrales desde la Iglesia hasta la Ermita donde mora todo el año, terminarán los actos correspondientes a las fiestas patronales que Tamajón celebra en honor a su patrona.
Precedidas de una intensa Semana Cultural, lo más granado de las fiestas llegaba a partir del día 18 de agosto, con el pregón que tenía lugar precisamente en la Ermita de la Virgen de los Enebrales, pronunciado por el senador Juan Antonio de las Heras. Fue entonces cuando los Gaiteros Mirasierra, que llevan dos décadas engalanando con su música las celebraciones de Tamajón, fueron nombrados socios de honor de la recientemente recuperada Hermandad de la Virgen de los Enebrales.
En total, fueron 55 epígrafes los que se llevaron a cabo como parte del programa de las fiestas patronales de Tamajón. Incluyeron presentaciones de libros, actividades medioambientales, religiosas, taurinas, y sobre todo, diversión a raudales.
Este sábado, a las 23 horas, tendrá lugar la salve, como despedida de 'La Serrana' de Tamajón, puesto que los agalloneros la habían traído a hombros desde su ermita hasta la Iglesia de la villa el pasado 19 de agosto. Al día siguiente, el domingo, los tamajoneros volverán a hacer lo mismo, para devolverla a su Ermita. En todo este tiempo, la Virgen ha lucido un precioso manto blanco. Cuando llegue, en el soportal del edificio, se van a subastar las andas para entrar a la Virgen en la Ermita. A partir de ese momento, 'La Serrana' quedará de nuevo en su morada, con la puerta siempre abierta para que los fieles que quieran acudir a verla puedan hacerlo en cualquier momento del año, día o noche.
Además, este sábado, día 9 de septiembre, a partir de las 20:30 horas de la tarde, y en colaboración con la Fundación Siglo Futuro, se va a representar, en el Centro Cultural de Tamajón, la obra El Método Gorritz, un texto original de Carlos Arniches. La trama se desarrolla en una “trasnochada academia de piropos” en la que se educa a los jóvenes en el arte de la seducción. Con el argumento -no hay que olvidar que Arniches aplicaba la ironía para criticar aquellos aspectos que no le gustaban de la sociedad que le tocó vivir-, el autor alicantino quiere poner de manifiesto que muchas veces “sobra palabrería” y falta corazón.