TENDENCIAS

INTERVIU Elecciones catalanas | Juego sucio en la campaña

REDACCION | Miércoles 20 de diciembre de 2017

Pegar carteles o distribuir folletos se ha vuelto una actividad poco segura en Cataluña para los voluntarios de los partidos no independentistas, cuyos dirigentes perciben un patrón organizado en los sabotajes. Mientras, los CDR, la CUP y la Assemblea Nacional Catalana extienden dudas y rumorología sobre la limpieza del recuento de votos.

La fábrica de bulos está a pleno rendimiento. El listado de casos de odio de las elecciones catalanas se coronó el pasado jueves 14, cuando una cabeza de cordero ensangrentada cayó entre los folletos de una mesa de propaganda que Ciudadanos tenía instalada en el Raval del Barcelona. Aún quedaban seis días más de una campaña electoral que culminará con un acto sin precedentes, previsto para la tarde del día 20, que se supone ha de ser jornada de reflexión y, por tanto, desprovista de cualquier mitin o evento partidario.

Varios comités de defensa de la república (CDR) de la provincia de Girona (entre ellos los de la capital y el de El Masnou, los grupos que consiguieron tomar la estación gerundense del AVE en la huelga general del 8 de noviembre) están convocando una “cercavilaper les seus del bloc del 155”. O sea, una marcha callejera ante las sedes del PP, PSC y Ciudadanos en la ciudad. El objetivo es devolver ante sus puertas la correspondencia electoral que hayan enviado a militantes de partidos independentistas. “El pueblo dice basta a la publicidad de la represión”, proclama la propaganda de este escrache. Los simpatizantes que quieran participar están siendo animados a guardar y entregar los folletos que reciban, previa eliminación de los sobres de cualquier dato personal del receptor. Los promotores quieren vaciar varios contenedores ante los domicilios de los partidos que consideran anticatalanes (“el bloque del 155”), y difundir vídeos y fotos en las redes sociales.

Odio en los carteles

La tarde de la jornada de reflexión será, pues, poco tranquila en Girona. Pero no mucho menos de lo que vienen siendo las mañanas, las tardes y las noches de esta campaña electoral. La noche del pasado domingo 10 se registraba en L’Hospitalet la primera agresión física que se recuerda en muchos años en una campaña en Cataluña. Las víctimas fueron miembros de las Juventudes Socialistas de la ciudad –feudo del PSC– que pegaban esa noche carteles de su partido. El pasado miércoles 13, sin nocturnidad, un militante de Ciudadanos de Barcelona también se vio rodeado por desconocidos cuando fijaba carteles de su partido. Le zarandearon y pegaron sin más consecuencias. Pegar carteles en según qué zonas de Cataluña nunca había sido una actividad cómoda.

“Siempre te podían decir algo, imprecarte, perola cosa no llegaba a más”, relata Daniel Martínez, líder de las Juventudes Socialistas de L’Hospitalet. Ahora, los chicos y chicas de su partido que salen a distribuir propaganda han cambiado de forma de actuar. Si antes una quincena de voluntarios se distribuían por su ciudad en grupos de cuatro o cinco, ahora salen los 15 juntos.

“Más vale ser precavidos –explica Martínez–. Pero esto no quiere decir que tengamos miedo. El incidente del día 10 solo nos hace estar más seguros del valor de las ideas en que creemos”. La tasa de supervivencia de los carteles de las formaciones no separatistas se ha reducido mucho en estas elecciones, confirman en todos los partidos consultados. En el caso de los del PSC, incluso hasta la mitad. Si en otras elecciones un cartel pegado o colgado del Partit dels Socialistes de Catalunya aguantaba de media 48 o 72 horas, ahora los que se cuelgan en farolas o se pegan en muros no llegan a la noche siguiente.

En ocasiones, hasta el punto de que hay que recurrir a la justicia. Los socialistas de Viladecans (Barcelona) estudian llevar a la Fiscalía el caso del sabotaje a un centenar de banderolas plastificadas que el pasado domingo 10 colgaban de las farolas de la localidad mostrando la cara de su candidato, Miquel Iceta, y el eslogan “Solucions. Ara Iceta!”. Al día siguiente, lluvioso lunes 11, todos esos pasquines llenaban un contenedor de la planta municipal de residuos urbanos. Alguien los había arrancado laboriosa y metódicamente, por el sistema de cortar las bridas de plástico que los fijan, y los había acarreado hasta el vertedero. Se necesita una furgoneta de buen tamaño para transportar tal cargamento. Un patrón de ordenada destrucción observan también los socialistas en sus carteles electorales del paseo Rubió i Ors de Sabadell. También el lunes 11, los afiches aparecieron, todos, pintados. A Iceta le habían escrito la cifra “155” en la frente, y, bajo su nombre, la palabra “maricón”.

Tres días después, su cara aparecía alterada con dibujos obscenos y mensajes relativos a la homosexualidad en carteles del PSC en Tortosa (Tarragona). La homofobia no es la única motivación de los insultos que recibe el candidato socialista. Su cara en numerosos carteles electorales colocados en Sant Feliu de Guíxols fue tachada con pintura negra de aerosol, y su nombre tapado con el insulto “mindundi”.

Eso ocurrió la noche del pasado día 13 en una provincia, Girona, cuyo ambiente político está para pocas bromas. Pero no parece mejor el aire que se respira en la de Tarragona. En su capital, el pasado 8 de diciembre, segundo día de campaña, fueron arrancados todos los carteles de Ciudadanos que colgaban como banderolas en las farolas de la Rambla Vieja. No quedó ni uno. Los carteles electorales siempre sufren algún tipo de ataque en las calles, “pero nunca como ahora. Algunos no duran una hora. Es la campaña más tensa que recuerdo –opina el diputado en el Congreso y secretario de organización del PSC en las comarcas de Girona, Marc Lamuà–. Y quienes más la están sufriendo son nuestros cargos electos, a los que presionan en la calle increpándolos, llamándolos fascistas o culpándoles de los encarcelamientos”. En el eje Vic-Berga, en el interior de la provincia de Barcelona, los voluntarios de partidos no separatistas que pegan carteles, en ocasiones ven como, delante mismo de ellos, activistas de los CDR se los arrancan. Cree Jesús Cañas, presidente del PP en la comarca de Osona, que “esto está organizado, segurísimo. Es ponerlos y desaparecer, casi en el acto”.

Rumores de pucherazo.-

Estos ataques a la libertad de expresión, con ser más numerosos que nunca, no tienen sin embargo el alcance de otra gran iniciativa, puesta en marcha esta vez con el aval y la capacidad organizativa de la Assemblea Nacional Catalana (ANC). El pasado día 8, la entidad presentó su campaña Tu votes, tu comptes (tú votas, tú cuentas) para organizar un recuento paralelo de votos, pues no se fían del que haga la junta electoral con la supervisión, como siempre, de los compromisarios de todos los partidos.

Sigue leyendo. http://www.interviu.es/


Noticias relacionadas