Por la mañana, la cantante y folclorista Vanesa Muela abría el festival con un concierto didáctico en dos sesiones para los escolares de la Ciudad del Doncel.
Vanesa Muela abría en la mañana de ayer la VI Edición del Segontia Folk con un concierto didáctico en dos sesiones para los escolares de la Ciudad del Doncel. La cantante y folclorista subrayaba en El Pósito la parte docente y dedicada al público más joven que, desde su inicio, caracteriza al festival.
A partir de las 20:30, igualmente en El Pósito, La 'Luna sefardita' de Ana Alcaide iluminaba la primera noche del Segontia Folk. Instantes antes, Oscar Hernando, concejal de Festejos del Ayuntamiento de Sigüenza, agradecía a la Asociación de Empresarios de Sigüenza (AES) “el impulso que da a la fiesta de San Vicente con la organización de este magnífico festival”. Hernando destacaba en este sentido “la calidad musical de los conciertos” así como “el ejemplo que da Segontia Folk de colaboración entre entidades públicas, como la Diputación y el Ayuntamiento, y el tejido empresarial local, para lograr entre todos, que el nombre de nuestra ciudad sea aún más conocido, gracias, en este caso, a la música y al folklore”.
También intervino Jesús Moreno como portavoz de la AES. Moreno recordó que el festival surgió de la ilusión de unos jóvenes empresarios por relanzar la fiesta patronal de San Vicente, subrayando sus atractivos turísticos, en este caso en torno a la música, como reclamo turístico en pleno invierno.
Fernando Iñiguez, periodista radiofónico responsable del programa Tarataña, en Radio 3, que volvía a Sigüenza para ejercer como presentador de los conciertos, se refirió a la consolidación del festival, que llega ya a su VI Edición. “A lo largo del año folk, hay unas cuantas citas ineludibles. La primera de ellas llega muy pronto, en enero, con el Segontia Folk”, dijo, en referencia a la consolidación del evento.
Iñiguez se encargó además de prologar el concierto de Alcaide, acompañada ayer por Bill Cooley. Según recordó el director de Tarataña en su introducción, la Península Ibérica, considerada como espacio físico, fue cruzada por muchas culturas que dejaron huella. Sus secuelas se reflejan en el arte, gastronomía, arquitectura, y también en la música. Una de ellas fue la sefardí. La cantante e instrumentista, que curiosamente también es bióloga, vive en Toledo, ciudad crisol, en la que se percibe a flor de piel el legado de cristianos, judíos y musulmanes. “Tiene un sonido especial, sonido mágico, de leyenda, de misterio. Ana Alcaide ha traducido esa banda sonora de Toledo, según su propio estilo musical”, afirmó el presentador.
Los primeros tres discos de Ana Alcaide, 'Viola de teclas', 'Como la luna y el sol' y 'La cántiga del fuego' se recrean en la tradición de la música sefardita. Ayer, acompañada por el multi-instrumentista Bill Cooley, volvía a esas raíces sefarditas, al 'Toledo sound', como lo definió Iñiguez, trayendo al presente ese legado, pero acompañado de inspiración contemporánea, con vistas al Mediterráneo, en el espectáculo 'Luna Sefardita'. El uso de inspiraciones sonoras modernas, generadas por un ordenador, y el sonido del Nyckelharpa, un instrumento medieval sueco que nada tiene que ver directamente con la música judía pero que empasta perfectamente con las sonoridades orientales de los instrumentos de cuerda de Cooley, así como de otros instrumentos, añadidos a la maravillosa voz de Alcaide evocaron en El Pósito seguntino la magia del Toledo multicultural.
‘Luna Sefardita’ es la canción de Alina, una niña que personifica la historia de los sefardíes y abandona Toledo emprendiendo un largo viaje de exilio, y en el que seguirá los rastros de la luna en su propia búsqueda y reencuentro. Su caminar nostálgico traza un puente hacia el pasado y propone un viaje sonoro por diversos paisajes mediterráneos.