La del Lunes Santo es una de los momentos menos conocidos, pero más bellos y queridos por los seguntinos, de la Semana Santa.
No hay constancia, con anterioridad a 1959, de procesiones en este día, puesto que, al menos, hasta 1955 se limitaban las funciones al rosario y ejercicio de la Pasión en la Catedral. El programa del año 1959 -aunque quizás uno o dos años antes ya se viniera realizando- recoge las nuevas procesiones que, desde entonces, han sufrido algunas variaciones en su recorrido y en los pasos que son procesionados por los Armaos.
El Lunes Santo se trasladaba el paso del 'Beso de Judas' (Prendimiento) y la Virgen Dolorosa desde las Ursulinas a la parroquia de Santa María por el Paseo de la Alameda, Humilladero, Valencia y Cruz Dorada. Y después se rezaba un rosario.
En la actualidad, como sucedía ayer, el Lunes Santo se trasladó desde la Catedral hasta la parroquia de San Vicente el paso de la 'Oración del Huerto', saliendo de aquella por la Puerta de los Perdones, dirigiéndose a la Plaza Mayor, subiendo por la calle de igual nombre hasta la Travesaña Alta, para finalizar su recorrido en la iglesia románica. A partir de 2015 se empezó a trasladar también a San Vicente el paso de 'Cristo atado a la columna' o la 'Flagelación'.
Durante la Guerra Civil fueron destruidos varios pasos de la Semana Santa doncelina que poco a poco han sido restituidos por la Cofradía. Uno de ellos es precisamente la 'Flagelación', “al que muchos seguntinos profesaban una enorme devoción”, resume Felipe Carrasco, su presidente. Por este motivo, la institución encargó su construcción a la prestigiosa Fábrica de Artemartínez, de la vecina localidad de Horche.
Los artesanos horchanos crearon un Cristo de tamaño natural, basado en un modelo anterior del taller, al que la propia Cofradía solicitó modificaciones, como la de la posición de las manos, para que se asemejara al perdido en la contienda. Está fabricado en madera exótica, procedente de Centroáfrica, un material de una enorme resistencia, que al mismo tiempo proporciona ligereza al paso. Pesa 140 kilogramos, a los que se añade el del sistema de iluminación. Es portado por seis costaleros, y, de acuerdo con José Antonio de la Concepción, Jefe de los Armaos seguntinos, la talla la llevan a hombros los más jóvenes, a modo de iniciación.