Sábado 14 de julio de 2018
La zurda Angelique Kerber jugó casi rayando a la perfección y derrotó a la estadounidense Serena Williams en la final, por 6-3 y 6-3, en solo 65 minutos, para ganar el torneo de Wimbledon por primera vez y sumar su tercer título del Grand Slam, y convertirse en la primera alemana en triunfar en el All England Club después de Steffi Graf.
Derrotada por la misma rival en la final de 2016, Kerber se tomó la revancha dos años después e impidió a Serena ganar su octavo título individual en el grande británico, y de paso que igualara con la australiana Margaret Court, con 24 ‘majors’.
Kerber rompió cuatro veces el servicio de Serena.-
De poco sirvió que Serena sintiera el apoyo de su amiga Meghan Markle, duquesa de Sussex, que acudió este sábado a Wimbledon, acompañada de la duquesa de Cambridge para presenciar este encuentro, como había prometido y anunciado, y también el anterior entre el español Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic.
Kerber rompió cuatro veces el servicio de Serena, considerado como uno de los mejores de la historia y sentenció su victoria con rapidez, para convertirse en la primera jugadora alemana en ganar este torneo desde Steffi Graf en 1996.
Serena solo pudo conectar cuatro saques directos y romper una sola vez el servicio de la germana. Ante esa alternativa, la americana intentó presionar en la red, donde ganó 12 de las 24 ocasiones, pero sus errores no forzados se multiplicaron durante el encuentro, hasta acabar con 24.
Kerber fue la personificación de la sobriedad. Con un tenis fácil, luchando cada bola, y quitándose de encima complejos, presentó una tarjeta con solo 5 errores no forzados, y 11 golpes ganadores para ganar el partido con 56 puntos, por 45 de su rival. Serena aspiraba a convertirse en la cuarta madre en ganar un título de Grand Slam desde que comenzó la Era Open, y la primera en hacerlo en Wimbledon, desde la australiana Evonne Goolagong, hace 38 años.
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