REDACCION | Miércoles 15 de agosto de 2018
Lecturas lleva esta semana a portada a Laura Matamoros posando con Matías, que acaba de cumplir 3 meses. La joven, espectacular en traje de baño y junto a su pequeño, habla de la boda de su hermano Diego y responde a la polémica que ha suscitado el hecho de no cogerse la baja por maternidad. “Han llegado a decir que no quiero a mi hijo”, confiesa Laura.
Además, Terelu Campos refugiándose en Málaga junto a su hija y sus amigos, con el deseo de que esta pesadilla acabe pronto; así como todos los detalles del misterioso accidente de Shaila Dúrcal en el que ha perdido parte de un dedo, en portada.
Tensión máxima entre Las Campos.-
antas horas de viaje junto a la familia tiene que salir por algún lado. ¿Quién aguantaría este ritmo sin un pequeño enfado? Aunque el de María Teresa Campos tampoco es que fue tan mínimo.
La presentadora, además de encontrarse mal del estómago, no acabó de entender que sus hijas tardasen tanto en llegar a comer y claro, ¡tensión máxima! Tampoco Terelu y Carmen se lo pusieron fácil. Ay, madre mía, si es que saltaban chispas en el restaurante... ¡Lo que no les pase a Las Campos!
“¿Quién más viene?”. María Teresa Campos no terminaba de entender qué estaban haciendo en un asador argentino y con una mesa tan pequeña. La presentadora no acababa de encontrarse del todo bien y menos como para ponerse a comer carne, pero ya que había ido, no pensaba montar el número. O bueno, al menos no con intención. Mientras Edmundo trataba de quitarle un poco de hierro al asunto, la matriarca de Las Campos iba enfadándose. ¿Por qué tardaban tanto Carmen y Terelu?
“Todos los días igual”, expresaba Carmen ante la cara seria de su madre. “No hay ni un día con una sonrisa”. Terelu y su hermana corrían al baño para tratar de relajarse. “¡Yo me voy a Madrid como siga así!”. El enfado iba subiendo de tono. “Será que cuando nos ve a nosotros se revuelve. ¡No nos ha mirado a la cara! Yo hoy la monto, que me conozco”. Carmen salía del baño enfurecida. Con paso decidido se dirigía a la mesa y comenzaba el show.
María Teresa continuaba con cara de pocos amigos mientras Edmundo explicaba qué era cada cosa de la carta y le ofrecía a Terelu una mantequilla que resultó no ser mantequilla y provocó que la pobre Terelu casi se quedase desmayada en el asiento. “Ofú, y no tenemos ni agua...”, decía algo apurada. Carmen y su madre, ni caso.
Ellas continuaban con la tensión que había explotado en la mesa. “Se ve que le caemos mal nosotras”, había asegurado Terelu minutos antes.
“No quiere comer, no quiere andar, no quiere ir...”, le reprochaba Terelu a su madre. “Pues a lo mejor no tengo que venir”, remataba María Teresa con una sonrisa. Por suerte, decidieron firmar la paz antes de que llegase la comida y tomárselo todo con mejor humor. ¡Si es que viajar con la familia es un peligro! Aunque sea tan estupenda como la de las Campos.
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