Juan Munguira | Jueves 13 de septiembre de 2018
Londres no es la primera plaza financiera de Europa por las ventajas fiscales de sus ejecutivos, ni por su stock de oficinas ni por sus infraestructuras, sino que realmente lo es por su innovación en tecnología, lo que podríamos llamar “Global Tech, especialmente en el mundo de las finanzas y en el de la intermediación comercial.
En la región castellano-manchega tenemos ejemplos de éxito de adaptación empresarial a las demandas provenientes de la denominada economía digital. La nueva oferta digital conecta con una oleada de nuevos consumidores, lo que obliga a las empresas a reestructurar la forma en que diseñan, producen y distribuyen sus productos y servicios.
En el sector privado de la provincia de Guadalajara, empresas como Exide Technologies, Conway o Abonos Alguacil, son ejemplos de éxito en la implementación de la tecnología en sus modelos de producción.
Los londinenses han entendido las innovaciones relacionadas con la nube y el análisis del big data, los avances en robótica, la inteligencia artificial, las biotecnologías, la biometría, la impresión en 3D y la nanotecnología y se han puesto a trabajar.
La industria financiera, una de las grandes fortalezas de Londres, ha sido muy activa en la digitalización rápida y temprana de sus estructuras, ya que la materia prima con la que desarrollan sus negocios son los datos y el dinero. Este último, incluso se puede transformar en anotaciones contables, es decir, en datos e información.
Una constatación plausible del nuevo tsunami digital, son los teléfonos inteligentes que ofertan un amplio abanico de posibilidades, siendo actualmente el canal preferido de acceso de los clientes financieros a los bancos y demás entidades financieras . En Estados Unidos, casi la mitad de los clientes prefiere utilizar la banca móvil, con una tendencia decreciente de las sucursales o de las sedes físicas.
Un mecanismo crucial para poder competir en el nuevo mundo globalizado es la expansión y trasvase de la tecnología al modelo productivo, así como la creación y desarrollo de plataformas que combinen oferta y demanda, poniendo en contacto a proveedores y clientes, proporcionando ingentes cantidad de datos, generando nuevos productos y rediseñando nuevos cauces de distribución y consumo. Los denominados market place.
Vivimos en la época de las contradicciones, una brecha que separa la realidad digital de la física, ya que mientras en el ámbito particular el empresario español ya es totalmente digital, sin embargo algunas de sus empresas continúan ancladas en el siglo XX, con sistemas obsoletos, informática desfasada y un escepticismo importante hacia el uso de las redes sociales como proveedor de clientes.
Es un hecho indubitado que la tecnología es una onda expansiva que detona dentro de las empresas. La innovación tecnológica reduce costes en los procesos de control y producción, ayuda a diferenciarse de la competencia, fomenta a través de internet la expansión y la internacionalización de la firma e impulsa la toma de decisiones en tiempo real.
Es lo que está ocurriendo con industrias basadas en activos físicos y en la atención presencial a los clientes, como las industrias hoteleras o de transporte, con la aparición de nuevos competidores como Airbnb, Uber o Cabify, lo que muestra que ningún sector está libre de disrupción.
La transformación de una empresa pequeña en un jugador global pasa por la inclusión de webs rápidas y fáciles de actualizar, así como por sistemas de gestión de información y prestación de servicios que faciliten la fluidez necesaria para ser competitivos en un mercado cada vez más global. Grandes ventajas en espacios pequeños.
Para tener éxito en esta nueva etapa, es importante que los dirigentes políticos difundan las ventajas de la tecnología acompasándola con una regulación mucho más flexible y sistemática.
En este contexto de innovaciones y disrupción digital, es también conveniente impulsar alternativas de financiación al tradicional cauce bancario, especialmente para las pymes y para las empresas de reciente creación con elevado potencial de crecimiento.
Tenemos ejemplos internacionales como el de Singapur, en el que la Autoridad Monetaria de Singapur (MAS) creó en el año 2015, el Financial Technology Group “ FTG”, órgano encargado del desarrollo de políticas que faciliten el uso de la tecnología e innovación.
En Francia, la Autorité Des Marchés Financiers ( AMF), ha creado la división de Fintech, Innovación y Competitividad con la finalidad de responder a los cambios en los patrones de consumo como consecuencia de las innovaciones tecnológicas.
En España, los dirigentes de nuestras comunidades deben reflexionar porque la inversión en I+D en España no ha dejado de disminuir en los últimos años, mientras que en la Unión Europea el incremento de la inversión del sector público en I+D ha pasado del 1,84% del PIB en 2008 al 2,03% del PIB en el año 2016.
En esta tierra de provisión, la comunidad empresarial debe interiorizar que la tecnología y el comercio electrónico son los grandes multiplicadores de la pyme, ya que en el espacio digital el tamaño importa menos. El elixir tecnológico puede lograr que una empresa pequeña compita con éxito en un mercado globalizado.
Aquí, David mira a los ojos a Goliat.
Juan Munguira
Profesor del mercado financiero
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