Un viernes en las Ferias de Guadalajara con Morat como plato fuerte del día

Ayer viernes teníamos por delante los de Guadalajara todo un día por delante para vivir y disfrutar de las Ferias.

El ambiente festivo se hacía palpable desde primeras horas de la mañana, con el Segundo Encierro de las Ferias de Guadalajara.

Para la chavalería, horas más tarde, los Gigantes y Cabezudos hicieron de entretenimiento, como es tradición en estas tierras de Castilla.

El día festivo iba pasando y al mediodía, los guadalajareños se reunían en torno al parque de La Concordia a tomar el Vermú solidario de la Fundación Nipace.

Tras la siesta, tocaba la Corrida de Toros en el coso de Las Cruces y después, tomar un choricillo en los puestos de la Feria antes de disfrutar del plato fuerte del día, noche ya a esas horas : el concierto de los colombianos Morat.

A las once de la noche en punto los teloneros rebajaban el ansia de los 6. 200 espectadores que impacientes esperaban a los colombianos.

A las once y media, los hermanos Vargas, Juan Pablo Isaza y Juan Pablo Villamil desataban el delirio de los asistentes.

El público adolescente correspondió la aparición con una sonora ovación. Agradecidos los colombianos nos fueron regalando una a una todas sus canciones. El delirio se convirtió en éxtasis antes de la media hora de concierto.

Madres, padres, hij@s , niet@s y sobrin@s disfrutaron en familia del Viernes de Feria y cómo no , del primer concierto grande de la Semana de Ferias.

La banda colombiana no dejó ninguna canción en el baúl. Pudimos escuchar todos sus éxitos: “Cuando nadie va”, “Besos en guerra”, “Aprender a quererte” ... pero como siempre, faltaba lo mejor, el postre.

No fue hasta los bises cuando el éxtasis se transformó en apoteosis, con la interpretación de su gran éxito “Cómo te atreves”.

Ya pasaban minutos de la una de la madrugada cuando todo terminó y un paseíto por San Roque y una cervecita en las barras del parque rebajaban la tensión del concierto, invitando a unos a irse para casa e incitando a otros a continuar con el magnífico día de ayer.