REDACCION | Viernes 30 de noviembre de 2018
El subdelegado del Gobierno en Guadalajara, Ángel Canales, ha asistido esta mañana a una prueba de activación de la Estación de Clasificación y Descontaminación (ECD) de Brihuega, perteneciente al Plan de Emergencia Nuclear de Guadalajara (PENGUA). Acompañado por el alcalde de la localidad, Luis Viejo, ha seguido el ejercicio, que se ha desarrollado con éxito y ha servido para verificar el estado operativo de los medios materiales, así como la preparación y coordinación del personal que forma parte del grupo radiológico del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y de los grupos sanitario y de seguridad y orden público en las tareas que deberían llevar a cabo en caso de una emergencia real.
Las ECD son instalaciones habilitadas para clasificar a la población evacuada en caso de un incidente nuclear y, en caso necesario, sirven también para descontaminar tanto a las personas como a los vehículos afectados. En Guadalajara se localizan en Brihuega, Sacedón, Mondéjar e Illana, y corresponden a la central nuclear de Trillo las dos primeras y a la central nuclear en desmantelamiento José Cabrera las otras dos.
En este ejercicio, coordinado por la Unidad de Protección Civil de la Subdelegación del Gobierno, ha intervenido personal del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), además de Protección Civil de Brihuega, personal sanitario del centro de salud, operarios de mantenimiento del Ayuntamiento, efectivos de la Guardia Civil y voluntarios a los que se ha sometido a un control dosimétrico. Durante su desarrollo se han revisado las dependencias de la ECD, situadas junto al polideportivo municipal, y se ha comprobado el funcionamiento del material auxiliar, además de practicar la colocación del vestuario de protección.
El subdelegado del Gobierno ha destacado la importancia de “mantener una adecuada formación de las personas que deberían intervenir en caso de que se produzca una emergencia real, así como comprobar el correcto funcionamiento de los medios materiales”. Según ha señalado, “aunque la experiencia ha demostrado que la probabilidad de accidentes en instalaciones nucleares es extremadamente baja, hay que estar preparados ante esta eventualidad”. De hecho, “esta circunstancia hace aún más necesario que periódicamente nos aseguremos de que todo está a punto”, ha agregado.
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