GUADALAJARA

Una “Senderuela” en el centro de Tamajón que va dejando semilla

El emprendedor Francisco Martos abrió al público una casa rural de 350 metros cuadrados y seis habitaciones en el año 2015. Su oferta se dirige, principalmente aunque no sólo, a grupos grandes que quieran disfrutar de la naturaleza de la Sierra Norte

REDACCION | Miércoles 23 de enero de 2019

Francisco Martos tiene en mente establecerse en Tamajón definitivamente en poco tiempo. Conoció el “Umbral del Ocejón” de niño, cuando veraneó en alguna ocasión en Muriel. Fascinado por su naturaleza, nunca dejó de visitar, con mayor o menor frecuencia, las faldas del gran monte, emblema de la provincia, hasta que por fin se decidió a comprar una casa en la capital de la Sierra Norte.

Junto a ella también adquirió un terreno y una ilusión: “iniciar allí un negocio y terminar por establecerme en el medio rural”, explica el emprendedor. Han pasado dos años desde la apertura, y Francisco está satisfecho con el resultado del proyecto. La casa rural se llama La Senderuela, tiene su propia página web, www.lasenderuela.net, y se anuncia en Top Rural. De esta manera, en cuanto llega el otoño, y aún en pleno invierno, esta alquilada prácticamente todos los fines de semana.

Fue hace cinco años cuando Francisco inició la construcción de su Senderuela. Con esa original denominación de origen el emprendedor referencia tanto a su integración estética en el entorno agallonero, puesto que es el nombre de una de las setas más abundantes y reconocidas que hay en la comarca, como a una de las actividades que el visitante puede llevar a cabo en el entorno: el senderismo setero.

La fachada está rematada en pizarra, un claro referente a la arquitectura negra que es el estandarte principal de la comarca. “El mobiliario es como el entorno, rústico y resistente, pero también cálido, dulce y acogedor para envolver al cliente que entra procedente del frío de unas montañas y parajes bellísimos, encantados, pero que por la noche registran bajas temperaturas”, explica. En cada una de sus tres plantas hay utensilios tradicionales que él mismo ha restaurado, y que el visitante aprecia.

La Senderuela tiene 350 metros cuadrados de superficie habitable y seis habitaciones. Resulta ideal para alquilar por grupos grandes, “una demanda de turismo rural para la que no había oferta en nuestra comarca”, valora Martos. El entorno y sus posibilidades deportivas, ahora con la explotación turística de las aguas del pantano de El Vado, la monumentalidad de la Sierra Norte, y el potente reclamo de la Arquitectura Negra a la que homenajea la casa, son los grandes aliados del proyecto vital de Francisco: vivir, ya de continuo, en Tamajón a la mayor brevedad posible.

El emprendedor contactó con ADEL Sierra Norte para estudiar las posibles ayudas con fondos europeos. “Desde el Ayuntamiento me pusieron en contacto con el Grupo de Desarrollo Rural, y, además del apoyo económico, también recibí un perfecto asesoramiento por parte de su equipo que me allanó el camino para emprender”, explica Martos.

El mejor indicativo del éxito, es que los visitantes repiten. La versatilidad que ofrece La Senderuela para grandes grupos, su completo equipamiento y la decoración, rustica, que Francisco ha ido rescatando de edificios antiguos, son su gran atractivo. El emprendedor agallonero la alquila completa a grupos de 14 o 15 personas, a “un precio competitivo”.

Las familias de José Antonio Campos y de Miguel Angel Sánchez la alquilaron durante el puente de la Constitución. “Nos gusta la zona. Yo conocía Tejera Negra, un paisaje precioso por el que suelo montar en bicicleta. Tamajón está cerca de todo aquello, pero viniendo desde Madrid, no es necesario adentrarse tanto en la Sierra y en el frío. Vivimos en Torrejón de Ardoz, y aquí estamos a una hora de casa, pero en plena naturaleza”, dice José Antonio. “Hay rutas para hacer senderismo, la Arquitectura Negra está a un paso, y también el Ocejón y la Ciudad Encantada, a la que llegas enseguida, caminando. Por otra parte, la casa tiene mucho espacio. En nuestro caso, viajamos tres familias, doce personas. La alquilamos el año pasado y nos gustó mucho. Es rústica, pero con estilo. No le falta detalle. Habitaciones amplias y bien distribuidas, barbacoa, buena calefacción… Venimos con el maletero lleno, pero si nos falta algo, tenemos el supermercado al lado”, añade Miguel Angel Sánchez.

Satisfecho con los resultados, Francisco ya tiene en mente nuevos proyectos para abrir nuevos alojamientos en Tamajón.


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