REDACCION | Lunes 11 de febrero de 2019
La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (Rabacht) ha vuelto a lamentar el nuevo cierre de un convento toledano, el de las 'Madres Capuchinas', por lo que ha vuelto a reiterar su "pesar y preocupación".
En un comunicado público ha recordado que el convento, impulsado por el cardenal Pascual de Aragón, virrey de Nápoles, atesora una notable colección de arte barroco, así como un importante archivo, estudiado por los académicos de la Rabacht Juan Nicolau y Emilia Alba, cuyo futuro podría verse amenazado después de permanecer durante casi 350 años en la capital regional, desde su consagración en 1671.
A la espera de cuál pudiera ser su situación en 2021, cuando se produzca la celebración de esta efeméride, la Real Academia ha recordado que acabó el curso 2016-2017 con un llamamiento a las administraciones, a la Iglesia y a toda la sociedad civil para que "estos edificios no desaparezcan y permanezcan vivos, custodiando de la mejor manera posible la memoria y el ingente Patrimonio cultural que han generado y atesoran".
"Desgraciadamente, ninguno de los encuentros, mesas redondas ni demás iniciativas públicas organizadas en los últimos años con el fin de revertir la situación a la que se enfrentan los conventos toledanos ha tenido éxito", ha denunciado.
La Rabacht ha considerado "más necesario que nunca enfrentarse a este grave problema para el patrimonio y la propia identidad cultural de Toledo sin paños calientes".
"Futuros congresos, campañas o grupos de trabajo difícilmente podrán tener éxito si son concebidos sin más ambición que la de recorrer lugares comunes o deseos utópicos relacionados con aspectos como el arte sacro, la congestión turística o la falta de vocaciones", ha agregado.
Y ha añadido que, por el contrario, "es necesario reunir a especialistas que den luz a materias tan específicas como el derecho canónico, la especulación en el mercado de este tipo de inmuebles o la compra-venta de antigüedades religiosas".
Unos expertos, ha entendido, que "den respuesta a cuestiones sobre las que ya no cabe esperar y que amenazan seriamente, incluso irreversiblemente, la conservación de nuestro patrimonio".
La Real Academia ha ofrecido sus instalaciones como espacio para estos debates críticos y se ha comprometido a impulsar y participar en cuantas iniciativas sean necesarias en su defensa.
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