REDACCION | Miércoles 22 de mayo de 2019
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha pedido trasladar el Conservatorio Profesional de Música Jacinto Guerrero de Toledo, situado en la calle San Juan de la Penitencia, a otro edificio que reúna “las condiciones necesarias” para asegurar “unos requisitos mínimos de seguridad y accesibilidad” para impartir docencia.
En un comunicado, el sindicato explica que las instalaciones presentan problemas de insonorización y acondicionamiento acústico, que afectan a profesores y alumnos, además de al vecindario, que “en ocasiones ya ha denunciado la situación”.
Además, asegura que el sistema de electricidad “no tiene mantenimiento ni adecuación”, lo que ha producido “varios apagones”. También apunta que existen “numerosas” humedades provenientes del sistema de alcantarillado, además de hongos y rejillas de ventilación de procedencia incierta, “sin mantenimiento para la prevención y control de la legionelosis”, según establecen los criterios higiénico sanitarios del Real Decreto 865/2003 de 4 de julio.
Igualmente, CSIF manifiesta que el edificio tampoco cumple los requisitos mínimos de los centros que imparten enseñanzas artísticas, regulados por el Real Decreto 303/2010 de 15 de marzo, y “parece improbable que algún día los pueda cumplir dadas las características del mismo”.
“Las obras de acondicionamiento que se han realizado no solo no han solucionado ni siquiera en parte las deficiencias existentes, sino que han podido agravar algunas, como los escalones que tienen actualmente las puertas que han sido insonorizadas, que resulta peligroso para cualquier usuario e impide el acceso a quien tenga reducida su movilidad. Por todo ello, se concluye que no es un centro apto para la docencia”, afirma el sindicato.
Además, dice, el edificio está situado en el Casco Histórico, lo que dificulta el acceso de los alumnos que se desplazan de toda la provincia y de la misma ciudad, ya que solo un 12 por ciento de la población de Toledo de la ciudad vive intramuros.
Al Conservatorio —continúa el sindicato— se llega a través de calles muy estrechas por las que circulan coches, sin aceras ni señalización específica, pese a que la mayoría de los alumnos del centro están en edad escolar. Además, indica que el acceso al mismo “no está regulado”, por lo que cualquier persona ajena puede entrar en un recinto en el que los menores de edad no siempre están acompañados.
Además, advierte, “un número indeterminado de personas lo transitan de forma continuada, agravando el problema de seguridad en caso de necesidad de desalojo”. “No existe plan de emergencia y evacuación, ni señalización, no hay bocas de incendios exteriores, no hay presión en las mangueras interiores y hay múltiples materiales susceptibles de producir incendio. Además, su situación y accesibilidad dificulta el acceso de los servicios de extinción de bomberos”, añade.
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