A partir de las ocho de la tarde, Policía Municipal y Guardia Civil, apoyados por los voluntarios de Protección Civil que dirige Martín Cañamón, en esta ocasión de Sigüenza y Guadalajara, cortaban el tráfico en la Avenida de Madrid y establecían las correspondientes alternativas, para que comenzara el desfile de peñas y carrozas de San Roque.
El recorrido, simple y directo, se adentraba en la ciudad por la Plaza de Hilario Yabén, y calle del Cardenal Mendoza, para llegar a la plaza Mayor desde la plaza del Obispo Don Bernardo. Reina y damas, sentadas en su carroza, la primera de todas, regalaban sonrisas a todos, y caramelos y confeti a los más pequeños.
Puntual, como todo en Sigüenza, comenzaba el desfile. Muy despacio, primero dejaba atrás el castillo, a esa hora del color del oro. Poco más de media hora después, era la catedral, y su 850 aniversario, la que lo recibía. A lo largo de la calle Cardenal Mendoza, centenares de personas, unas asomadas a los balcones, otras apostadas para verlo pasar en sus laterales, contemplaban la inmensa alegría de la ciudad.
Los peñistas –este año hay 37 peñas- hacían gala de los más variopintos atuendos. Indios y vaqueros, marineros de agua dulce, piratas, faraones… Eran cientos los seguntinos y seguntinas de todas las edades que hacían gala de tanta imaginación como de buen humor. Sonaban las charangas, y, naturalmente, el pasodoble.
Con paciencia, y ya con reina, damas y peñas a las que este año ha correspondido preludiar el chupinazo (El Golpe y Los Estrellaos) esperaban pacientemente a que todos los participantes ocuparan la plaza. Cuando lo hicieron tomó la palabra la alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, que animó a todos a participar en las diferentes actividades del programa, con mesura, desde la tolerancia y el respeto a los demás, mencionó a las peñas homenajeadas este año, y agradeció el trabajo del personal municipal, de sus compañeros del equipo de gobierno, y especialmente, el de Conchi Huelves, concejala de Festejos, antes de dar los correspondientes vivas a San Roque, la Virgen de la Mayor, las peñas y a Sigüenza y sus pedanías.
Por su parte, los peñistas más jóvenes, de los Estrellaos, recordaron sus aniversarios y calificaron las de las fiestas como la mejor semana del año, mientras que por parte de El Golpe intervinieron hasta tres peñistas, siendo el último de ellos Raúl Sales, quien hiló en un breve y original discurso los nombres de todas las peñas. A continuación, María Jesús Merino prendió la mecha del cohete, que estalló en el cielo seguntino a continuación. Hasta el próximo día 20, Sigüenza está de fiesta. Según la estimación municipal, han sido unas 3.000 personas las que han participado en el desfile de anoche. Velando por la seguridad del acto han estado integrantes de Cruz Roja Sigüenza, Protección Civil Sigüenza y Guadalajara, Guardia Civil y Policía Local.