OPINIÓN

Artículo de opinión de Carlos Piña Barbero, alcalde de Castejón de Henares

Martes 27 de agosto de 2019

Hace poco más de un mes hice una queja de los servicios sanitarios en el mundo rural, poniendo como ejemplo lo que sufre mi pueblo, como conocedor que soy de ello.

Pues ahora me gustaría hacer lo mismo, pero con el trato político, y poniendo como ejemplo el trato hacia el ayuntamiento que presido y hacia mi persona, estando seguro de que esta situación pasa en muchos más municipios.

Castejón de Henares es un pequeño municipio, perteneciente al partido judicial de Sigüenza y a la junta local del Partido Popular de Jadraque. Desde que se instauró la democracia este municipio ha sido gobernado siempre desde las mismas ideologías políticas (primero UCD, después AP y por último PP), en concreto desde que tomó posesión Don Julio Piña Bonilla (mi padre) el 23 de mayo de 1983, y posteriormente yo, Carlos Piña Barbero, desde el 14 de junio de 2003 hasta hoy.

El pasado día 26 de mayo, como todos sabemos, el partido por el que yo me presenté sufrió un gran descalabro a nivel provincial (que es a lo que limito a relatar). Ese descalabro, a mi modo de entender, y como he expresado en alguna ocasión a la dirección provincial del partido, se debió a la falta de trabajo (visitas) en el mundo rural y a la dejadez que hemos sufrido en mi municipio y municipios como el mío para favorecer a municipios más grandes y con representantes en las instituciones provinciales.

Siguiendo con el ejemplo de mi pueblo y conmigo mismo, que he vivido la peor de las cuatro legislaturas que he estado como alcalde, hay un dicho que dice el que parte y reparte se queda con la mejor parte, pues bien, ahora el dicho es otro: el que parte y reparte se queda con todo, con lo que el resto no vemos nada, y si vemos es con muchísimo trabajo y ruegos.

La gota que colmó el vaso de mi paciencia fuel el reparto de tres millones de euros que se hizo el pasado 23 de mayo (2 días antes de las elecciones) y que creo que también se hizo en 2015, aunque ahora con mucha peor suerte electoral, que me temo que es lo que perseguía, suerte.

Este reparto indica que de los 288 municipios de la provincia, aproximadamente 250 no significan nada para la gente responsable de esos repartos. Luego si, los vemos detrás de las pancartas en defensa del mundo rural y la despoblación, ¡Eso es hipocresía! Queridos señores, ustedes no ponen medios ni motivos para defender el mundo rural y la despoblación en los pequeños municipios, lo que ponen son zancadillas e impedimentos para que podamos vivir dignamente.

Mi descontento con eso, y alguna acción anterior y posterior más, me llevo a tomar la decisión de pedir la baja como militante del Partido Popular el día 24 de junio y el 25 de junio comunicar a la Junta Electoral mi paso a concejal no adscrito.

Después de 20 años de alcalde de mi padre y 16 míos, a nadie le ha suscitado la más mínima preocupación esa baja en el partido, pues nadie se ha puesto en contacto conmigo. Ese es el trato que nos ganamos los muchos alcaldes con las mismas características que yo.

Con todo esto, todo hace indicar que los responsables de esos 250 municipios pequeños no pintamos nada, somos prescindibles, solo somos tomados en cuenta cuando se aproximan periodos electorales, para, posteriormente, pasar al ser olvidados.

En algún momento deberíamos de unirnos y hacer frente a esas situaciones, independientemente del signo político al que representamos, para poder defender nuestros pequeños municipios.

Con todo lo contado en temas sanitarios (el 5 de julio) y ahora en temas políticos ¿ustedes creen que habrá gente que quiera venir a vivir a los pueblos? No se molesten en pensar, ¡NO!

Les pido, por favor, tomen esto en consideración, sean más justos en los repartos y en defender nuestros pequeños pueblos. Al fin y al cabo ustedes están ahí por nuestro trabajo y nuestros votos y, si esta cadena se rompe, nosotros estaremos, no lo pongan en duda, pero ustedes habrá que verlo.

Carlos Piña Barbero


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