Organizadas por la Asociación Cultural Lago de Bolarque, con la colaboración de la Peña la Coqueta y el apoyo incondicional del Ayuntamiento de la villa alcarreña, siempre en el fin de semana previo a la semana grande local. El periodista recibió 30 kilos de miel de La Alcarria, uno por cada uno de los años que ha permanecido en Telemadrid.
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Almonacid de Zorita celebró ayer, en el primer fin de semana de las fiestas patronales que dedica a la Virgen de la Luz, su tradicional Jornada Taurina que llegó ayer a su XIX Edición. Abrió plaza el alcalde de la villa almorcileña, José María Cañadillas, dando las gracias a los ponentes –Tomás García-Aranda, Julián Agulla y Miguel Angel Moncholi- por su presencia y participación, y presentando a quien es el máximo valedor de esta iniciativa y también ponente, Pedro Antonio Cañadillas.
Cercana ya a las dos décadas, por el micrófono de las jornadas han pasado primeros espadas, nunca mejor dicho, tanto del periodismo como de la tauromaquia, de la mano de la Cultural Lago de Bolarque, que preside José Carlos Tamayo, contando en los dos últimos años, con el apoyo de la Peña Taurina 'La Coqueta', así se llama la plaza de toros de Almonacid, y del apoyo incondicional del Ayuntamiento de la localidad.
En su turno de palabra, Pedro Antonio Cañadillas, aficionado almorcileño de pura cepa, a quien una retinosis pigmentaria jugó una mala pasada quitándole la vista, pero añadiéndole clarividencia y generosidad a un corazón noble y bueno, se acordó, en primer lugar, de otro magnífico aficionado local: Justo Huerta. Lo calificó de “apasionado de los toros” y le brindó la Jornada de 2019, mirando al cielo. Igualmente, y como había hecho el alcalde, Cañadillas dio las gracias a José Carlos Tamayo, a los ponentes y al pintor local Enrique Tellado, que expuso sus mejores óleos y acuarelas taurinos para la ocasión. Como gran conocedor de la materia en cuestión, Pedro Antonio comentó que “los toros empezaron como un rito, que se ha convertido en fiesta”, y se refirió también al primer dato que se tiene sobre su presencia en Almonacid. “El archivo municipal señala que en 1534 ya se corrían los toros en la plaza del Coso”, apuntó. No olvidó Cañadillas mencionar a todos los alcaldes que han apoyado la iniciativa: Gabriel Ruiz, Rafael Higuera, Elena Gordon, y ahora José María Cañadillas. Por último, el almorcileño se refirió a Miguel Angel Moncholi, protagonista principal del evento, en su caso fundamentalmente desde la perspectiva de la invidencia y los toros. En primer lugar, recordó la anécdota de cómo se conocieron, a partir de un concurso radiofónico. El almorcileño acertó una pregunta que no le dieron por válida. Así, cuando terminó el programa, “Moncholi me llamó para decirme que se había equivocado y que me iba a pedir disculpas en antena al día siguiente”, señaló. Y no sólo eso. El periodista cumplió su palabra y volvió, además, a telefonear a Cañadillas “para invitarme a los toros”. Recordó también Pedro Antonio que Moncholi fue el primer periodista que retrasmitió una corrida de toros con un ciego a su lado, como comentarista, para que aportara su experiencia, y que fue el primero que propició la grabación de cómo se vestía un torero “en casa de José Ignacio Uceda Leal”. No faltó la cita al 2 de mayo de 1996, la tarde en la que Joselito mató seis toros en Las Ventas, ni la referencia a cuando la fiesta de los toros pasaba por su peor momento, en Cataluña, y “fue allí donde entrevistó al rey emérito”.
En su turno de palabra Julian Agulla, comentarista taurino de Es Radio, y del canal 33 de TV, calificó de “obligación moral” la de acudir a la llamada de Pedro Antonio Cañadillas, y de “honor” compartir cartel con Miguel Angel Moncholi y con González-Aranda. Agulla citó, además de la trayectoria radiofónica y televisiva de Moncholi, otras menos conocidas para el gran público, como fue el portal burladero.com, en el que “se podía seguir la información taurina segundo a segundo”, o la labor didáctica y docente del protagonista de las jornadas de ayer. “Por sus manos han pasado periodistas que están en primera línea de la comunicación de nuestra fiesta”, señaló, por lo que “sin duda, nos hallamos ante un peso pesado de la comunicación en España, a quien todavía no se le ha reconocido suficientemente su labor”, opinó.
Tomas García-Aranda, como impulsor de las Jornadas puesto que fue invitado por su amigo personal, Tamayo en la primera edición y ha repetido presencia cada año, también repasó la extensa trayectoria de Moncholi. “Es doctor en Periodismo, y profesor de periodistas; con eso queda dicho todo”, y señaló también como curiosidad, que Moncholi es Hijo Adoptivo de Cenicientos (Toledo). Además,
Dando réplica a los comentarios previos, Miguel Angel Moncholi recordó que no dijo nada a su audiencia durante la retransmisión citada por Cañadillas al respecto de que uno de sus comentaristas era ciego. “En la radio, los periodistas somos los ojos de nuestros oyentes, y en televisión, también los de quienes habiendo perdido la vista, siguen las corridas”, contó. En ese sentido, Moncholi invitó un día a Jose Ignacio Rodríguez, miembro directivo de la ONCE, de quien sabía de su afición taurina y que seguía las retransmisiones. “En un momento determinado dijo: 'Ha roto el capote'. Nos quedamos sorprendidos. Lo había oído y fue él quien se adelantó a la hora de aportar ese dato a los televidentes”, recordó. Y, como había mencionado Cañadillas, también citó el periodista el 2 de mayo de 1996, la tarde en la que Joselito mató seis toros en la primera plaza del mundo. “Cuando había estoqueado al cuarto, y le habían concedido las dos orejas, reparé que a mi derecha estaba Alfredo, que es ciego. Nos contó cómo sentía la fiesta de los toros, porque ser ciego no obsta para ver una corrida. Se puede sentir, y esto es lo importante”.
Reflexionó el maestro de periodistas, como había hecho antes Cañadillas, sobre lo que hoy es un hecho social, de origen sacrificial, “el sacrificio del toro, del dios toro, del buey Apis”. Por eso afirmó que “el día que se pierda la fiesta de los toros, si algún dia se pierde, habremos perdido la gran experiencia mitológica de nuestra cuenca del Mediterráneo”. Moncholi definió la fiesta de los toros como “cultura, porque es cultivo de un arte, de una expresión, de una plástica, de una danza en la que se dan cita el peligro, el sacrificio, la muerte y la vida”, sin olvidar su origen religioso, “su liturgia, el vestido, las deambulaciones sobre el ruedo, el paseíllo y su protocolo…”.
A continuación, el protagonista de la Jornada repasó su experiencia y lo aprendido de grandes personajes y matadores, como Domingo Ortega o Marcial Lalanda, “de quien hasta que no conocí, no entendí el pasodoble; fue cuando lo hice, en Chinchón, cuando corroboré la realidad de esa letra, y se lo dije: ¡'que verdad es, maestro, que es usted el más grande'!”, contó. Se refirió, además, a la saga de los Bienvenida, “que llevaban dentro el toreo, pero no sólo la tauromaquia, sino también su catálogo de valores como la competencia, la generosidad, valores ecológicos, de naturalidad o de solidaridad que están perdidos en nuestra sociedad en muchos de los casos”.
Por último, antes de entrar en el coloquio, habló sobre su trayectoria en los medios. “Le estoy agradecido a la vida, como hijo de radiofonista humilde que soy, de Radio Ponferrada, por haberme permitido trabajar en la radio tantos años. Me siento orgulloso de haber permanecido en la Cadena Ser durante casi cuatro décadas. Allí pude conocer a los más grandes, a Boby Deglané, a Jose Luis Pecker, a Joaquín Prat o a José María García, y soy compañero, y amigo, del más grande que hay ahora, de Carlos Herrera”. Y citó, como no podía ser de otra manera, a Manolo Molés y a Marivi Romero, periodistas especializados en información taurina. “En la radio, Molés me permitió crear infinidad de momentos de magia, retransmisiones inigualables, con un tamboril, en una plaza como la de Soria, por ejemplo, o en tantos otros lugares”. No olvidó mencionar la iniciativa Burladero.com, que vio la luz nada menos que en 1999. “El mundo de internet, de las redes sociales, es apasionante”, señaló al respecto de la nueva era de la comunicación. Y, para acabar su charla, agradeció el premio más dulce, puesto que las Jornadas Taurinas de Almonacid le hicieron entrega de 30 kilos de miel, uno por cada uno de sus treinta años en Telemadrid, “en los que he podido conocer a artistas, jefes de estado o estrechar la mano de nada menos que Camilo José Cela –en referencia oportuna al Nobel en La Alcarria- y a tanta gente modesta y humilde, unidos todos por la pasión y la admiración por el toro de lidia, un animal único, convertido en deidad, que me da hoy la oportunidad de compartir minutos con ustedes”, dijo.
Comenzó después un interesante coloquio en el que participó también la afición. Moncholi, con gracia, con sinceridad, no rehuyó ninguna de las preguntas, ni se ahorró anécdotas referidas a Curro Romero, por ejemplo, a quien acompañó la vez que salió escoltado por la policía de Las Ventas. Su humanidad y su capacidad didáctica, fueron largamente aplaudidas por la audiencia al terminar la Jornada.
El broche de oro del evento lo puso la habitual entrega de premios con los que la Asociación Lago de Bolarque, y su presidente, José Carlos Tamayo, distinguen a los protagonistas de cada edición, empezando, naturalmente, por Moncholi y por Pedro Antonio Cañadillas, el invidente de Almonacid, que ve los toros con el corazón.