Lunes 21 de octubre de 2019
La última encuesta de ABC/GAD3 recoge ya los primeros efectos de la ola de violencia independentista y de la falta de medidas excepcionales por parte del Gobierno en funciones de Sánchez. El PP recorta distancias con el PSOE y se sitúa con 102 diputados, frente a los 123 que obtendrían los socialistas y que son los mismos que consiguieron en las elecciones de abril. Ciudadanos no solo no levanta cabeza, sino que se hunde un poco más, mientras que Vox consolida su tercera posición con 33 escaños, casi el doble ya que los del partido de Rivera.
La encuesta se realizó entre el 14 y el 18 de octubre, es decir, desde que se da a conocer la sentencia del Tribunal Supremo en el juicio del «procés» hasta el viernes, jornada en la que se vivieron la tarde y la noche más violentas de toda la semana, además de la manifestación a favor de los condenados por sedición y malversación. En medio del caos, el partido que más sube en número de escaños es el PP, que pasaría en una semana de los 98 a los 102, a los que se podrían sumar dos más de Navarra Suma.
La candidatura de Pablo Casado gana ocho décimas en estimación de voto en siete días, al subir del 22,2 al 23 por ciento, lo que es su mejor resultado desde las elecciones de abril, que confirma una tendencia sostenida al alza. En Génova intentan ser cautos y prudentes, pero el líder del PP está convencido de que en unos días se producirá el «empate técnico» con el PSOE, es decir, una diferencia entre ambos que rondará los 10 escaños. Con un empate así en las encuestas, los populares sostienen que las elecciones estarán totalmente abiertas y la victoria del PP será una posibilidad «a tiro de piedra», como dice Casado.
El PP estaría ahora mismo 21 escaños y 5,7 puntos de estimación de voto por debajo del PSOE. Hace una semana esa diferencia era de 28 escaños, mientras que en las elecciones de abril fue de 57 diputados y de 22 puntos en el voto a favor de los socialistas.
La repetición de elecciones puede salir muy cara a Sánchez, y el apoyo que obtuvo de los independentistas en la moción de censura, también.
El PSOE repite exactamente el resultado que tuvo en abril: 28,7 por ciento de voto y 123 escaños. Seis meses de bloqueo, casi un año y medio de parálisis reformista y la situación en Cataluña al rojo vivo han dejado a Sánchez estancado, sin un solo votante más, y con muchas más complicaciones para intentar una alianza de Gobierno tras el 10-N, si consigue ganar en las urnas.
El bipartidismo vuelve a sumar más del 50 por ciento de los votos, con 225 escaños, el 64 por ciento del total. Con sus luces y sombras, el voto se aglutina en las dos grandes formaciones que han gobernado en España en las últimas décadas.
Vox sigue firme en su tercera posición. Su discurso sobre Cataluña no ha modificado su voto respecto a la semana pasada. Apenas gana una décima estos días, y continuaría con 33 diputados, frente a los 24 que obtuvo en abril. La petición de estado de excepción le ha servido para mantenerse, pero no le ha dado nuevos votos.
El que más sufre es Ciudadanos. El partido de Rivera no levanta cabeza, ni siquiera con su discurso potente en Cataluña, su punto fuerte. Sus giros en los últimos meses respecto a los pactos le han desgastado, y le han podido producir una pérdida de credibilidad al intentar abanderar ahora una reunión entre el PSOE, PP y Ciudadanos frente a los independentistas.
Pablo Iglesias también se deja algunos jirones esta semana. Ante el caos, la demanda mayoritaria ha sido de orden y estabilidad, y esa no es la imagen de Unidas Podemos. La formación de Iglesias, con sus confluencias correspondientes, pierde siete décimas en la última semana, y se deja un diputado más, al pasar de 32 a 31. A la candidatura de Íñigo Errejón le pasa algo parecido. Sus altas expectativas han ido bajando, y solo lograría cuatro diputados, con un 3,7 por ciento de voto.
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